Marc, un jugador irrepetible

Chiqui Barros

DEPORTES

CJ GUNTHER | EFE

31 ene 2024 . Actualizado a las 23:07 h.

Se marcha definitivamente uno de los mayores baluartes de la historia del baloncesto español. Parecía que ya había dejado de lado su labor como jugador, aunque muchos manteníamos la esperanza de poder volver a verlo jugar en su Girona.

Marc es un jugador completamente irrepetible. Cuando comenzó a despuntar, tomó una gran decisión marchándose al entonces Akasvayu Girona. Supo elegir. Allí ganó un gran estatus que le sirvió para dar el salto a la NBA, donde también marcó una época.

En los Estados Unidos, Marc se erigió en un pívot diferente, precursor de perfiles como los que vemos hoy en día personificados en Nikola Jokic. Era un 5, pero con una muy buena mano, capacidad de agrandar el campo, fundamentos... Además, se convirtió en un gran pasador: darle el balón a Marc Gasol era asegurarse jugar con un base más.

No se quedan ahí sus virtudes, ya que supo reinventarse cuando el juego requería otras características. Se adaptó a la perfección para convertirse en un tirador seguro desde el perímetro, una de sus grandes armas hacia el final de su carrera.

En la retina de todos los seguidores del deporte quedan ese salto inicial en el All-Star con su hermano Pau y el anillo de campeón alcanzado en el 2019 en los Toronto Raptors.

Con su retirada, se cierra una página de oro en el baloncesto español, pero no cabe duda de que, desde los despachos, será capaz de escribir otra a su modo.

Antes de esta generación dorada, los Corbalán y Epi eran el modelo a seguir, como tantos otros tiempo atrás. Ahora, con pocos jugadores de esta camada aún en activo, seguirán siendo un estímulo para los dueños del futuro del baloncesto español.