Muere un futbolista fulminado por un rayo en pleno partido en Indonesia

LA VOZ REDACCIÓN

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El jugador de 34 años, Septian Raharja, todavía respiraba cuando llegó al hospital, pero falleció poco después por la gravedad de las quemaduras

13 feb 2024 . Actualizado a las 14:07 h.

Un futbolista ha muerto fulminado por un rayo durante la celebración de un partido amistoso en Indonesia. Septian Raharja, de 34 años de edad, se encontraba caminando sobre el terreno de juego cuando, tras ser alcanzado por la descarga eléctrica, se desplomó de un golpe sobre el césped.

Las cámaras presentes en el estadio Siliwangi de Bandung captaron en vídeo las estremecedoras imágenes, que muy pronto se viralizaron a nivel global. En ellas se puede apreciar el momento exacto en el que el rayo impacta sobre el jugador del Football Boots Indonesia Subang y como acaba inmediatamente tirado en el suelo del campo.

Según han explicado el medio local PRFM News, Raharja todavía respiraba en los momentos posteriores al impacto, por lo que fue trasladado a un hospital cercano. Pero finalmente acabó falleciendo como consecuencia de la gravedad de las quemaduras.

Su club publicó poco después en su cuenta de Instagram una foto en homenaje a su jugador fallecido con la fatídica fecha y el emoji de una rosa marchitándose. En el post contestaron muchos seguidores y también otros muchos clubes, que compartieron sus condolencias y manifestaron su conmoción por el trágico episodio.

También el club rival en ese encuentro amistoso se sumó al pésame. «Nosotros, la gran familia de FLO FC Bandung,  queremos expresar nuestras condolencias por el fallecimiento de Septian Raharja», escribieron también en una publicación en Instagram.

Aunque la probabilidad de una muerte por esta causa es pequeña, lo cierto es que se calcula que cada año impactan sobre seres humanos más de 200.000 rayos, aunque son mortales solo unos pocos miles. En España, por ejemplo, entre los años 2000 y 2021, según Protección Civil, murieron 31 personas por este motivo, aunque el último año de ese recuento solo hubo una víctima mortal —el peor año fue 1955 cuando perdieron la vida 133 ciudadanos—.