Dani Alves, condenado a 4 años y medio de cárcel por agresión sexual

La Voz REDACCIÓN

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El exjugador del Barcelona ya lleva un año en prisión preventiva por violar a una joven en el baño de un reservado de una discoteca de Barcelona. Su defensa anuncia que recurrirá la sentencia y que defenderá su inocencia «hasta el final». Los diez pasos que llevaron a Dani Alves a la cárcel por violación

01 mar 2024 . Actualizado a las 15:05 h.

La Audiencia de Barcelona ha condenado al futbolista Dani Alves a 4 años y medio de cárcel por violar a una joven en el baño de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 diciembre del 2022,  forzando la voluntad de la víctima «con uso de la violencia».

En la sentencia, notificada este jueves, la sección 21 de la Audiencia condena a Alves, que ya lleva algo más de un año en prisión preventiva, a cuatro años y medio de cárcel, cinco de libertad vigilada y nueve de alejamiento de la víctima, a la que deberá indemnizar con 150.000 euros, por un delito de agresión sexual, frente a los nueve años que pedía la Fiscalía y los doce que pedía la acusación particular. 

La sala, que aplica la atenuante de reparación del daño —al depositar el acusado indemnización desde la fase inicial de la instrucción— concluye que se ha acreditado que Alves «cogió bruscamente» a la víctima, la tiró al suelo y, evitando que se pudiera mover, la violó, «pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir». Según la Audiencia, «para la existencia de agresión sexual no es preciso que se produzcan lesiones físicas, ni que conste una heroica oposición de la víctima a mantener relaciones sexuales». Y precisa que «en el presente caso nos encontramos además con unas lesiones en la víctima que hacen más que evidente la existencia de violencia para forzar su voluntad, con el subsiguiente acceso carnal que no viene negado por el acusado». 

El tribunal desarrolla en la sentencia el concepto del consentimiento, siendo esta la primera gran causa penal tras la aprobación de la ley del «solo sí es sí». La sala afirma en el auto que «el consentimiento no solamente puede ser revocado en cualquier momento, sino que también es preciso que se preste el consentimiento para cada una de las variedades sexuales dentro de un encuentro sexual y no consta que al menos en lo que se refiere a la penetración vaginal, la denunciante prestase su consentimiento, y no solo eso, sino que además el acusado sometió la voluntad de la víctima con uso de la violencia». 

En este sentido, la sentencia recoge, sobre el consentimiento que «ni que la denunciante haya bailado de manera insinuante, ni que haya acercado sus nalgas al acusado, o que incluso haya podido abrazarse al acusado, puede hacernos suponer que daba su consentimiento a todo el que posteriormente pudiera ocurrir».

La credibilidad de la víctima

Otra de las claves del caso era el nivel de credibilidad que el tribunal otorga a la declaración de la víctima. En este sentido, la sentencia no solo descarta cualquier móvil económico o de animadversión al jugador que pudiese tener la víctima para denunciar falsamente, sino que argumenta que «la denuncia, a priori, le traería más problemas a la denunciante que ventajas (...) Además, presentaba temor a denunciar los hechos por las posibles repercusiones mediáticas».

Los jueces de la Sección 21ª recuerdan en la sentencia que en las agresiones sexuales no existe una presunción de veracidad de la víctima, ni su declaración prevalece sobre las manifestaciones del acusado. Además, precisan que ni siquiera las recientes reformas legislativas —en referencia a la ley del «solo sí es sí»— han modificado los criterios para valorar las pruebas, ni se ha alterado la necesidad de que sean las acusaciones las que tengan que acreditar la comisión del delito.

Los magistrados consideran que en el núcleo esencial de su declaración la joven ha sido «coherente y especialmente persistente, no solo a lo largo de la instrucción de la causa, sino también en el plenario sin que se evidenciase en el interrogatorio la concurrencia de contradicción relevante a «lo previamente declarado por ella en instrucción».

La abogada de Dani Alves, Inés Guardiola, a la salida de la Audiencia de Barcelona tras conocer la sentencia
La abogada de Dani Alves, Inés Guardiola, a la salida de la Audiencia de Barcelona tras conocer la sentencia David Zorrakino | EUROPAPRESS

La defensa de Dani Alves recurrirá la sentencia

La abogada Dani Alves, Inés Guardiola, ha asegurado que recurrirán la sentencia mediante el recurso de apelación y que defenderá su inocencia «hasta el final». Lo ha hecho en declaraciones a los medios al salir de la Audiencia de Barcelona, en las que también ha explicado que Alves «está entero» y que ahora hay que estudiar la sentencia, en sus palabras. Preguntada por la condena, ha dicho que «cuatro y medio es mucho mejor que 9 y 12» y ha añadido que esta tarde irá a ver a su cliente.

La defensa de la víctima estudiará si la pena es suficiente

Aunque están satisfechos satisfecha porque la Audiencia de Barcelona ha dado credibilidad a la versión de la joven, la defensa de la víctima analizará la sentencia para comprobar «si la gravedad de la condena se puede comprar con la gravedad de los hechos». Lo ha dicho uno de los abogados de la defensa, David Sáenz, a su salida de la Audiencia de Barcelona, tras la lectura de la sentencia. «Es una condena que reconoce lo que hemos sabido siempre, la verdad y el sufrimiento que ha habido con lo cual podemos estar satisfechos y contentos por ella y por todas», ha expresado Sáenz.

La llegada de Dani Alves en un furgón de los Mossos d'Esquadra al Palacio de Justicia
La llegada de Dani Alves en un furgón de los Mossos d'Esquadra al Palacio de Justicia Alejandro García | EFE

Así fue el juicio contra Dani Alves

Durante los tres días que duró el juicio, el tribunal escuchó a una veintena de testigos, además de a los protagonistas: desde la prima y la amiga de la denunciante, con las que estaba aquella noche de fiesta, pasando por los trabajadores de la discoteca que activaron el protocolo de agresiones sexuales o los Mossos d'Esquadra que la atendieron en el lugar, hasta la mujer del futbolista, Joana Sanz.

Dani Alves, que acabó llorando en su declaración, intervino en el último turno del juicio. Negó la agresión sexual e insistió en que las relaciones sexuales que mantuvo con la denunciante en el baño del reservado de la discoteca Sutton fueron consentidas. También admitió que aquella noche había bebido mucho, intentó justificar los cambios en sus versiones respecto a lo ocurrido durante la fase de instrucción —Alves ha dado hasta 5 versiones diferentes desde que estalló el caso—, y dijo que está arruinado por culpa de la casa penal. «No le pegué, no soy un hombre violento», afirmó. «Los dos estábamos disfrutando», reiteró. Según dijo, la joven en ningún momento le dijo que parara.

Como a lo largo del último año, la víctima mantuvo ante la Audiencia de Barcelona el relato que ha defendido a lo largo de la instrucción de la causa: Alves la agredió sexualmente, con violencia y una actitud despectiva en el estrecho baño del reservado de la discoteca Sutton. La joven participó en la primera jornada del juicio protegida por una mampara para impedir la confrontación visual con su agresor, acompañada de agentes de los Mossos d'Esquadra, a puerta cerrada, con la voz distorsionada, la imagen pixelada y sin público: todas las medidas posibles para impedir que se pudiese divulgar su identidad en caso de una posterior filtración de la grabación del juicio.

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La defensa del deportista brasileño decidió jugar la baza del atenuante por razón de estado de embriaguez, con el que esperaban rebajar la pena. Hasta cinco testimonios ratificaron en el juicio la versión de que Dani Alves iba ebrio aquella noche: tres amigos, un empleado de la discoteca y su mujer, la modelo Joana Sanz.

También comparecieron más de una decena de agentes de los Mossos d'Esquadra: todos reiteraron la versión de que la denunciante fue violada. Explicaron que la víctima dudó en denunciar al futbolista porque «tenía miedo a que se hiciese público su nombre y se creía que era ella la culpable de todo lo sucedido». También aclararon que las imágenes de las cámaras de seguridad de la discoteca, que registraron los momentos previos y los posteriores a que Dani Alves y la denunciante entraran en el baño del reservado, «corroboran» la denuncia de la joven.