La 75 temporada en la historia de la fórmula 1 arrancó con un dominio arrasador del tricampeón del mundo Max Verstappen y un español a bordo de un Ferrari como única alternativa a su Red Bull. Carlos Sainz júnior fue elegido piloto del día tras el Gran Premio de Baréin tras superar a su compañero Charles Leclerc y a George Russell en el cuerpo a cuerpo para subir al tercer cajón del podio. Sin embargo, entre los apasionados al motor en España, la atención volvió a acapararla un Fernando Alonso cuyo Aston Martin no dio para más que una novena posición, lejos de los cuatro coches más rápidos.
Con 42 años y tras más de una década detrás de su victoria 33, la popularidad del asturiano alcanza máximos históricos. Se ha convertido en un icono, especialmente entre jóvenes que ni siquiera pudieron disfrutar de sus títulos mundiales con Renault en el 2005 y 2006. Un estudio publicado esta misma semana por Personality Media lo sitúa como el deportista español mejor valorado por los menores de 30, con una nota media de 8,1 —la misma que Rafa Nadal—. En un vídeo publicado en TikTok también los jugadores del Celta Fortuna lo eligieron su piloto favorito por una abrumadora mayoría; 14 apoyos, por tres para Verstappen, uno para Sainz y otro para Leclerc.
La actitud de Alonso generaba controversia entre el público cuando rivalizó con Michael Schumacher y Lewis Hamilton. Su currículo está adornado por aquellas primeras victorias, pero lo que ha terminado de mitificarlo fue atreverse a reinventarse una y otra vez para seguir compitiendo, casi siempre sin un coche a la altura de su talento y sin miedo a probarse en otras disciplinas. Adaptado a los nuevos tiempos con las redes sociales ha mostrado una cara más agradable para por lo bajini hacer soñar a todo el país con su victoria 33, aunque parezca tan lejos.