La Guardia Civil registra la RFEF y la casa de Rubiales en una operación contra la corrupción y el blanqueo

Amador Gómez / Isaac Asenjo COLPISA

DEPORTES

Atlas

La investigación por presuntos contratos irregulares, entre ellos el de la Supercopa firmado con la empresa de Piqué, se salda de momento con siete detenidos y con el expresidente imputado

20 mar 2024 . Actualizado a las 20:08 h.

Luis Rubiales se libró este miércoles de ser detenido por encontrarse fuera de España, concretamente, en República Dominicana, país que la Guardia Civil sospecha que podría estar utilizando como paraíso fiscal.

Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registraron la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), el estadio de La Cartuja en Sevilla y la casa de Rubiales en el centro de Granada, en el marco de una investigación por supuestos contratos irregulares firmados por el organismo en los cinco últimos años.

Sus acuertos con Piqué

Entre ellos, el de la Supercopa de España con la empresa Kosmos, de Gerard Piqué, con la que Luis Rubiales suscribió en 2019 el polémico traslado del torneo a Arabia Saudí, con una comisión de 24 millones de euros para la compañía fundada por el exfutbolista del Barcelona.

Rubiales está imputado en el caso abierto hace dos años por presuntos delitos de corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales, pero el expresidente de la RFEF, sobre quien pesa una orden de detención por parte de la justicia, no fue localizado en su domicilio de la capital granadina.

La Guardia Civil ya sabía que el expresidente de la RFEF estaba en República Dominicana, adonde suele desplazarse habitualmente y viajó por última vez hace casi un mes. Sí que fueron detenidos este miércoles por la Guardia Civil Tomás González Cueto, asesor jurídico externo de la RFEF y mano derecha de Rubiales durante su mandato; Pedro González Segura, director de servicios jurídicos; y José Javier Giménez, director de Recursos Humanos y también amigo del expresidente. El resto de detenidos son empresarios y abogados relacionados con supuestos contratos irregulares de la RFEF, acosada de nuevo por un escándalo que estalló con motivo de la Supercopa de Arabia Saudí y que vuelve a tener en el epicentro a Rubiales, aún pendiente de condena tras ser acusado de agresión sexual y coacciones por su beso no consentido a Jenni Hermoso.

En este caso, que instruye un juzgado de Majadahonda (Madrid), en coordinación con la Fiscalía Anticorrupción, y que cuenta con el apoyo de la Europol (Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial), Rubiales se enfrenta a unos delitos denunciados en mayo de 2022 por quien ya fuera azote de Ángel Villar, Miguel Galán, presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol (Cenafe).

Por orden judicial, la Guardia Civil llevó este miércoles a cabo requerimientos en distintas entidades públicas y privadas en varias provincias españolas (Madrid, Granada, Sevilla y Málaga) y la operación se saldó con siete arrestados, el más sonado, González Cueto, antiguo hombre de confianza de Rubiales que continuaba trabajando para la RFEF.

Desde 2018

Los agentes irrumpieron en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas mientras la selección española entrenaba para el partido amistoso del viernes contra Colombia en Londres.

La UCO revisó contratos de la RFEF de la época de Rubiales, que accedió a la presidencia en mayo de 2018 y ha sido acusado por Miguel Galán, al igual que Gerard Piqué, de corrupción y administración desleal por el contrato de la Supercopa. La ex directora del Consejo Superior de Deportes (CSD) y exdirectiva de la RFEF, Ana Muñoz, aseguró en su declaración que el organismo federativo podría haber firmado el contrato de la Supercopa directamente con Arabia Saudí, y no a través de la mediación de Piqué, ya que tenía «la fuerza para hacerlo sin necesidad de utilizar a intermediarios».

Acuerdo por La Cartuja

También denunció el presidente de Cenafe a Rubiales por la presunta contratación de una agencia de detectives para espiar al presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo, y por cobrar, supuestamente de forma irregular, 3.100 euros mensuales por el alquiler de un piso en el centro de Madrid. Las pesquisas judiciales se dirigen también al acuerdo de la RFEF de Rubiales con la Junta de Andalucía para el uso de La Cartuja, como sede de las finales de la Copa del Rey y de partidos de la selección.

La Guardia Civil se incautó este miércoles de diversa documentación en los departamentos jurídicos, administrativos y de personal de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas y también procedió al volcado de correos electrónicos intercambiados por detenidos e investigados en esta causa sobre presuntas irregularidades en el contrato de la Supercopa entre Rubiales y Piqué, que fue redactado por el despacho de Tomás González Cueto. También figura como investigado Ramón Caravaca, socio del despacho del asesor jurídico externo de la RFEF.

Punta Cana libra a Rubiales de la detención

 De haber estado en suelo español habría sido detenido, pero Luis Rubiales, expresidente de la Federación, se libra por ahora de tener que ir a dependencias policiales al estar de viaje en la República Dominicana, un lugar nada desconocido para el que un día fue mandamás del fútbol español y que cayó tras sus comportamiento machista durante el Mundial de fútbol femenino. El dirigente, inhabilitado por la FIFA durante tres años por el beso en los morros no consentido a la internacional española Jenni Hermoso y con una querella de la Fiscalía por un presunto delito de agresión sexual y otro de coacciones, lleva años en el ojo del huracán por sus supuestas ilegalidades a la hora de gestionar la RFEF, ente que dirigió entre 2018 y 2023.

Su vivienda, próxima al casco histórico de Granada, fue uno de los objetivos registrados por la Unidad Central Operativa (UCO) en el marco de un operativo sobre supuestos contratos irregulares gestados en los últimos cinco años en el ente federativo y vinculados con la celebración de la Supercopa de España en Arabia Saudí, que también tiene relación con el espionaje a David Aganzo -presidente de AFE, principal sindicato de futbolistas- y una reunión en Salobreña en la que hubo una fiesta con varias chicas jóvenes y por la que tuvo que declarar ante la Fiscalía Anticorrupción. La estancia del dirigente en el país caribeño, donde se le ha visto en más de una ocasión disfrutando de Punta Cana, le salva -por ahora- de encontrarse entre los siete detenidos de esta operación.

El canario de nacimiento pero granadino de adopción, Luis Rubiales (1977, Granada), -se crio en Motril- pasó de ser un futbolista con pundonor, apodo que se ganó en su época como jugador del Levante, con quien disputó cerca de un centenar de partidos y tres años en Primera, a agitar el fútbol español desde la presidencia de la Federación a base de escándalos. El que fuera defensa -lateral o central- de hasta seis clubes españoles y del Hamilton Academical escocés siempre ha visto cómo el ruido le ha ido persiguiendo. Se maneja bien en los escándalos y tanto él como la Federación han salido absueltos por la Justicia en alguna que otra ocasión. «Solo tengo miedo de que me metan cocaína en el coche», llegó a confesar, en tono fanfarrón, cuando denunció ser víctima de «una caza preparada, falseando la realidad», consecuencia de «una mafia» que le había robado información y conversaciones de su teléfono móvil privado cuando se defendió de las acusaciones que había recibido sobre el acuerdo con Arabia Saudí y la empresa de Gerard Piqué, Kosmos Global Holding.

Entre las muchas polémicas de este licenciado en Derecho y poseedor de un Curso de Dirección Deportiva, hay varias relacionadas con mujeres. Siendo ya directivo de la Federación, se le conoció una relación que levantó controversia. Se le acusó de llevar a la pintora mexicana Roberta Lobeira a un viaje a Nueva York con dinero del organismo con sede en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. También se le reprochó un caso de enchufismo con otra pareja, Brigit Tenorio, cuando era presidente del sindicato AFE. Fue acusado de supuestos malos tratos por la arquitecta Yasmina Eid-Maccheh, pero el juzgado número 2 de lo Penal de Valencia condenó al final a la mujer por acoso tanto a Rubiales como a sus tres hijas.

Su salida de la Federación provocó un tsunami bajo el lema «Se acabó» que recorrió el planeta poniendo en el foco mediático las desigualdades que sufren las futbolistas y las deportistas en general, para provocar así una revolución en la estructura de la RFEF con el impulso de este movimiento global contra el machismo. El adiós le llevó a dejar Madrid -vendió su lujoso ático ubicado en la calle de Ferraz- y se trasladó a Granada a la espera de que se resuelva su futuro judicial. Mientras, dejó el frente del ente federativo a Pedro Rocha, uno de sus hombres de confianza.