Un doblete del brasileño doblega la resistencia de un Athletic con un ojo en la final de Copa y preserva la ventaja del líder, que recupera a Militao
31 mar 2024 . Actualizado a las 23:17 h.No cede el Real Madrid en su camino hacia el título de Liga. Apretado por los triunfos del Barcelona y el Girona, sus dos perseguidores en la tabla, el conjunto de Ancelotti cumplió con una importante victoria frente al Athletic, rubricada por el doblete de Rodrygo, protagonista a falta de Vinicius. Pese al foco de la inmediata final de la Copa del Rey ante el Mallorca, el conjunto vasco compitió en el Santiago Bernabéu, espoleado por su particular batalla contra el Atlético por una plaza de Champions, aunque le faltó colmillo y sufrió la pegada rival.
El Athletic se plantó en Chamartín sin algunos pesos pesados como Unai Simón, Vivian o Galarreta, a solo seis días de la final de Copa pero muy valiente de partida. Y es que los leones lograron cercar al Madrid en su propio terreno, ganando muchos metros de inicio, algo que no resulta habitual en semejante escenario. Cosas del fútbol moderno, el conjunto vasco vistió de blanco y pareció sentirse como en casa en los primeros minutos.
El Madrid, de uniforme morado, le fue cogiendo el pulso al duelo a fuego lento, aunque resultó demoledor a las primeras de cambio. Sin Vinicius, el mayor generador ofensivo en el equipo de Ancelotti, su compatriota Rodrygo asumió el testigo para fabricarse el gol. Gran conducción hasta la frontal del área bilbaína y derechazo a la escuadra. Inapelable. Mucho castigo para la buena puesta en escena del Athletic, que acusó el golpe y cedió el dominio del partido.
Muy pronto en ventaja, el Madrid manejó bien el encuentro, circulando rápido el balón y desgastando a un rival ya con un ojo puesto en la Copa. Ese ilusionante reto a buen seguro le pasó por la cabeza a Yeray cuando enfiló el camino al banquillo por unas molestias físicas que obligaron a Vivian a calzarse las botas a la carrera.
La sensación de control madridista llegó a jugar en contra del equipo de Ancelotti, por momentos víctima de la autocomplacencia del resultado para ser más incisivo ante el repliegue rival, aunque sin que el Athletic tampoco tuviese mordiente para reflotar el partido de un discurrir anodino plagado de porfías en el centro del campo. Un disparo de zurda de Kroos envenenado al tocar en el cuerpo de Iñaki Williams y la volea de Valverde bien atajada abajo por Aguirrezabala animaron algo esta fase del partido, marcada por la tregua general antes del descanso. Sin embargo, la más clara la tuvo Tchouaméni de cabeza tras un saque de esquina. Al Madrid le valía la victoria por la mínima para preservar su valiosa ventaja de ocho puntos al frente de la tabla mientras que el pensamiento de un romo Athletic parecía lejos del Bernabéu.
«Nos estamos jugando la Liga; hay que marcar el segundo», se escuchó alto y claro en el túnel de vestuarios al regreso del Madrid al césped. Esta intención se demostró sobre el terreno con un remate de Brahim al palo. El malagueño, que venía de estrenar la internacionalidad marroquí, se topó con la madera en el afán de encarrilar el partido y dio vida al Athletic. Los leones reaccionaron con un remate de Iñaki Williams desbaratado por Lunin. Demasiado liberado de marca el 9 rojiblanco, que no se creyó del todo la inesperada ocasión.
El Txingurri Valverde, consciente de lo corto del marcador y la importancia de sumar en el Bernabéu en plena pelea por una plaza de Champions con el Atlético, espoleó a los suyos con un triple cambio y teóricos titulares como Galarreta y Yuri a escena. No entendió mejor manera de preparar la final de Copa el técnico del Athletic que volcarse a por el empate.
Un anhelado retorno
Se encendió el duelo con el ida y vuelta, en el que el Madrid reclamó algo punible en sendas acciones de Bellingham y Rodrygo, precedida por un discutido fuera de juego previo. Un testarazo elevado de Iñaki Williams recordó que el Athletic todavía no había dicho su última palabra, pero la resistencia vasca se deshizo definitivamente a la contra. Bellingham condujo, el recién entrado al terreno de juego Joselu arrastró a los centrales y Rodrygo hizo el resto, caracoleando con su enorme calidad para desmontar la oposición de Vivian y definir con precisión.
El Madrid hizo los deberes a tiempo de evitar cualquier apuro innecesario y con el duelo encarrilado, el Bernabéu se entregó al anhelado retorno de Militao. Siete meses y medio después de aquella rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda, el central brasileño se vistió de corto y recibió la ovación cerrada de la afición madridista. Fue el mejor epílogo a la victoria del Madrid, que sigue firme en su camino hacia el título de Liga. El Athletic inicia el suyo hacia la final de Copa, el trofeo que espera desde hace cuarenta años.