Estaremos pendientes de lo que suceda esta jornada con el Tizona y el San Pablo. Nuestro aliado, que es Lleida, ganó y eso nos favorece. Sigue dependiendo solo de nosotros, gracias al colchón de puntos que se ha labrado. El cambio de entrenador le puede pesar al San Pablo, porque implica alteraciones en las dinámicas del equipo y del vestuario, en las que los jugadores buscan su posición y el entrenador, conocerlos, lo que le puede costar algún susto.
En otras ocasiones, los minutos finales nos daban la victoria, pero esta vez llegamos muy condicionados y cargados de faltas. Los parciales finales fueron demostrativos de esto. Del 68-72, al 84-74 y 16-2 de parcial en los dos minutos y medio finales.
Llegamos con opciones por el buen trabajo y el esfuerzo de jugadores como Pablo Hernández y Álex Hernández, no habituales, lo que denota el trabajo del cuerpo técnico a lo largo de la semana.
En el segundo y tercer cuarto no hubo regularidad en la anotación, pero ya se presumía este partido como una lucha desde el triple, lo que te deja a expensas de este tipo de situaciones.
Pensando en Oviedo, hay que enfocarse en descansar y empezar la semana con mucha fuerza y recuperados para viajar con todas las opciones. Necesitaremos más que nunca el apoyo de nuestro público.