El ascenso del Leyma Básquet Coruña o el triunfo del colectivo por encima de los egos

DEPORTES

Jorge García

El flamante nuevo equipo de la ACB visitó la redacción central de La Voz y desgranó las claves de un hito histórico para el deporte gallego

14 may 2024 . Actualizado a las 13:23 h.

La comunión entre el flamante campeón de la LEB Oro y nuevo equipo de la ACB, el Leyma Básquet Coruña, y la afición gallega quedó patente en la visita del equipo a las instalaciones de la redacción central de La Voz en Sabón. Ejerció de anfitrión el director del periódico, Xosé Luís Vilela, que definió al club como «un orgullo de la ciudad y de La Voz de Galicia» y trasladó la bienvenida del presidente Santiago Rey Fernández-Latorre. Por su parte, Roberto Cibeira, presidente del consejo de administración del Leyma, hizo entrega de dos obsequios: un balón y una camiseta, ambos firmados por la plantilla. Acudió el Leyma tras haber sido recibido en Santiago por el presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, acompañado del conselleiro de Presidencia, Xustiza e Deportes, Diego Calvo.

Durante la visita al Museo Santiago Rey Fernández-Latorre varios fueron los jugadores naranjas que quisieron destacar la unión del grupo como clave principal del éxito del Básquet Coruña. Aleix Font fue uno de ellos. «Los que llevamos unos cuantos años en el baloncesto nos damos cuenta de que es una suma de factores. Y podemos decir que esta temporada se han alineado los astros para que todo fuese para cumplir este objetivo», dijo.

«Todos los jugadores nos hemos comprometido con el grupo, sacrificando lo individual (tiros, puntos, mejores estadísticas). Tenemos muchos jugadores con mucho talento y la clave fue que pusieron ese talento al servicio del equipo. Quizás no te toca tirar tanto, sino bloquear, defender, asistir. Es complicado de asumir. Te tienen que vender muy bien el proyecto y convencer muy bien de lo que tienes que hacer. Es un deporte de equipo, pero te fichan individualmente. Es una gran paranoia que tenemos los jugadores. Quieres que el equipo gane, pero quieres hacerlo bien. Epi hizo un buen trabajo de convencernos», explicó.

«No sabemos cuántos vamos a continuar, pero es seguro que todos nos hemos revalorizado este año. Epi es el que llevaba el peso del discurso, pero cuando ya estábamos convencidos, nosotros mismos si alguno se descarrila... Destacaría a Álex Hernández, la voz de Epi en la pista y en el vestuario. No le puedo estar suficientemente agradecido. Además, fue uno de los que sacrificó mucho su rol individual, desempeñado en la sombra», concluyó.

En la misma línea se pronunció Atoumane Diagne: «Es una corriente que te lleva hacia el ascenso. Empezamos ganando cuatro seguidos, luego se nos complicó con dos derrotas. Pero yo confiaba mucho en este grupo, porque teníamos algo especial que no teníamos antes. Aquí todo el mundo estaba preparado para el reto. La gente no ha perdido la cabeza».

«Todos entendimos lo que el club quería desde el principio y todos pusimos de nuestra parte para seguir ganando. Lo conseguimos porque cada uno puso su máximo. El cuerpo técnico, los médicos... se han metido al cien por cien. Nos han ayudado mucho para llegar bien física y mentalmente», analizó antes de recordar la idea que pronunció justo al acabar el partido en Melilla: «Sabiendo cómo llegué a A Coruña, con sobrepeso y problemas de rodilla, tengo que agradecer a todos su trabajo».

Para Yunio Barrueta «ayudó mucho la química de los jugadores que continuaron con los que se agregaron, que son muy buena gente y aceptaron su rol. Epi habló claro desde el principio». «Aceptamos porque queríamos ganar», confesó. «La Copa fue muy linda, con la afición. La diferencia con la afición desde el año pasado es increíble. Ni sabían de baloncesto a reconocerte por la calle. Es el principio de algo muy lindo. Hicimos historia este año. Ahora, para arriba», añadió.

El único gallego en la plantilla, Pablo Hernández, calificó el éxito de coral. «Solo nos preocupamos de entrenarnos. Lo demás estaba perfectamente organizado. A nivel humano, fue un grupo muy especial. Ayudó mucho en el comienzo que siete jugadores fuesen los de la temporada pasada, con un rodaje. Nadie fue egoísta. Hemos sido el mejor equipo de la Liga. La calidad humana es clave. Hemos tenido golpes, derrotas que no se esperaban como ante Cáceres o Menorca, pero no buscamos culpables, sino que nos cohesionamos más como grupo y familia».

Uno de los más destacados de la temporada fue Goran Huskic. «Ha sido una temporada muy larga, con mucha autopresión. Muchas semanas en las que no podíamos perder. Eso te gasta. La segunda unidad, gente con menos protagonismo en la primera parte de la temporada dio un paso adelante importante y sacaron esto. Sin su ayuda no llegamos. Fuimos muy constantes». «Todos entendimos que lo importante es ganar, aunque toque más pasar o pelear, y no tanto meter», añadió.

«Llegué nuevo, me encontré un club familiar, personas de diez, pero de alto nivel profesional», recordó antes de avanzar el futuro: «Ahora descansar, esperar noticias, no pensar en baloncesto una semana y seguir de cerca el play off, que será una maravilla (creo que es más poderoso el San Pablo, pero el Sevilla y el Lleida pueden ganar a un partido. Somos de muchas culturas diferentes, cada uno vamos a nuestra bola, salvo cuando estamos juntos».