Con ganas de más Galicia

LA VOZ VIGO

DEPORTES

M.MORALEJO

Balaídos, con 15.800 espectadores en las gradas, vivió una fiesta en el regreso de la selección, un partido frente a Panamá que supo a poco

01 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La magia de la selección gallega regresó ayer a Balaídos 17 años después. La magia que permite que se lamenten ocasiones falladas por un jugador del eterno rival o que las camisetas de múltiples equipos gallegos convivan en un mismo estadio y un mismo día. Así, desde la previa, se podían ver en los exteriores del municipal vigués la camiseta del Celta como predominante al jugarse el partido en Vigo, pero también de otros como Racing de Ferrol, Arenteiro o Deportivo.

El plato fuerte de la tarde fue la aparición de Tanxugueiras para interpretar el Himno de Galicia, un momento muy emotivo que fue acompañado por los aficionados desde las gradas y que mereció la gran ovación de la tarde. «Non nos imos esquecer disto na vida!», expresaban las artistas a través de las redes sociales una vez finalizada la actuación.

A partir de ahí, la atmósfera recordó al último partido de la temporada para el Celta el pasado domingo: una fiesta con independencia del resultado. Pero una fiesta en la que también hubo reivindicaciones desde Marcador Bajo, donde se ubica la grada de animación del Celta y que ayer estaba presidida por una pancarta con el lema «unha nación, unha selección». Se gritó esa consigna y otras contra los gobiernos local y autonómico.

Iago Aspas se cayó del once por molestias en el calentamiento y su sustituto como capitán, Lucas Pérez, también recibió el reconocimiento de Balaídos en el momento de retirarse sobrepasada la media hora de juego. El nombre del propio moañés fue coreado también en la segunda parte, lo mismo que había sido antes el del excéltico Álex López, uno de los ex del equipo vigués que estaban de vuelta en Balaídos. Se quedó Balaídos con las ganas de celebrar un gol válido, porque aunque Germán envió un balón al fondo de la red, fue anulado.

Finalizado el partido, y mientras sonaba la Muiñeira de Chantada, hubo tiempo para los aplaudos mutuos entre jugadores y afición y para una foto de familia que queda para el recuerdo. Más de un protagonista incidió en que esperan que no haya que esperar otros ocho años para el siguiente.