Dani Vivian, defensa de la selección, nieto de ourensanos: «Me suelo calentar bastante»

Javier Ortiz de Lazcano

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

«La ambición te hace mejor compañero», dice el central en su primera experiencia con España en una Eurocopa

18 jun 2024 . Actualizado a las 21:08 h.

Dani Vivian (Vitoria, 24 años) es un central de los de antes. No tiene tatuajes, le gusta Bruce Springsteen, se lleva los apuntes de su grado de Finanzas para estudiar en la concentración y un libro del clásico ruso Mijail Bulgakov para matar el tiempo.

—Sus abuelos paternos son de Vilardevós y emigraron en busca de trabajo a Alemania. ¿Cómo les fue?

—Bien. Era la época en la que había que salir, que emigrar y mantener a la familia de alguna forma. Aquí volvemos a estar.

—Ahora el nieto llega a Alemania como una estrella del fútbol. ¿Qué significa para ellos?

—Para toda la familia es algo muy especial, algo grande, algo que hay que saber valorar por el trabajo que ha supuesto llegar hasta aquí y que hay que saber aprovechar. Donde estamos se pide la máxima exigencia y es algo que quiero tener y ofrecer.

—¿Disfruta haciendo felices a tus abuelos de esta manera?

—Totalmente. Es más, para el partido ante Italia vienen trece familiares y amigos.

—Parece mentira, pero desde 1988 el Athletic no enviaba un central a la selección.

—Sí. Andrinua. ¡Anda que no ha habido buenos! Algo para estar más orgulloso. No solo representar a España, sino también al Athletic, que es un orgullo estar aquí.

—¿Estuvo nervioso cuando había que cortar a tres jugadores o estaba convencido de que estaría en la lista final?

—Nervios como tal, no. Sabía que iba a haber un corte, pero no pensaba en ello. Siempre me fijo objetivos a corto plazo.

—Llegó al Mirandés cedido con 20 años y sus compañeros le nombraron capitán. Con Marcelino arrancaba como cuarto central y enseguida fue titular en el Athletic. Y con España le ha valido una convocatoria para estar en la Euro. ¿Cómo se gana tan rápido a la gente?

—Igual hay que preguntarles a ellos. Creo que lo que hay que tener es ambición. La ambición te hace mejor compañero. Te hace sacar lo mejor de tí y ayuda a que tu compañero también lo saque porque a tí te ve bien. Las claves son la ambición, el deseo de ganar, saber convivir y ser buen compañero.

—Le gusta pasar desapercibido, pero a la vez tiene madera de líder. ¿Cómo compagina ambas cosas?

—Sí que es cierto que soy un poco más callado dentro del vestuario, pero no por eso no tienes que tener tu personalidad. Lo que hay que hacer es siempre enfocar para que todo sea para el común, y a partir de ahí ser exigente, ser bueno, ser trabajador... Hay está la balanza de las cosas para que todo fluya.

—¿Por qué tiene ese ascendente en los vestuarios?

—Porque soy muy competitivo y muy trabajador. Me gusta hacer todo lo posible para que las cosas vayan bien porque ese es el respeto que nos debemos a nosotros mismos y a la gente.

—De la Fuente dijo es un jugador top, pero no es tan mediático como otros. ¿Le gustaría ser más mediático o le va bien así?

—Creo que me va bien así sin ser tan mediático. No es tan importante lo que los demás piensen de uno, sino lo que uno, siendo realista, piensa de su trabajo. Hay clubes más mediáticos, pero esa prensa la puedes tener para bien o para mal. Al final es prensa. Hay que respetarla, pero lo que importa es uno mismo y los que le rodean.

—Me dice que lo importante es lo que piense uno de sí mismo. ¿Qué concepto tiene de usted mismo?

—Lo que vengo diciendo, esa capacidad de trabajo, de disciplina de concentración y de querer ganar.

—Es un hombre muy calmado. ¿Ha puesto alguna vez una mala cara a un entrenador?

—Me suelo calentar bastante, pero creo y espero que todas las veces sean con sentido.

—Ancelotti dijo una vez que Nacho era un defensa pesimista en referencia a que siempre estaba concentrado porque veía problemas en todos los lados. ¿Usted también?

—Me lo dijo Marcelino, que yo encajaba en esa definición. Hay muchos a los que no les hace falta, pero sí puede ser que sea así. También le dije pesimista para nada, todo lo contrario.

—Le cronometraron y dio una velocidad punta de 34,4 kilómetros a la hora, solo 0,5 menos que Iñaki Williams. ¿Le ha retado a una carrera?

—Así como tal, no, pero él es más rápido, aunque al inicio igual le gano, je, je.

«Compré las entradas para Springsteen pensando en que ojalá no pudiera ir»

Vivian planificó hace un año su agenda de ocio tras la temporada y se compró unas entradas para ver a Springsteen en Madrid (actuó el 12, 14 y 17 de junio). «Me dije ‘ojalá no pueda ir por la Eurocopa'», se esperanzó en voz alta. Acertó. Ha regalado sus localidades.

—Estudia un grado de Finanzas. ¿Dónde se ve en el futuro?

—En el fútbol.

—¿Se ha traído los apuntes? ¿Estudia?

—Algún ratillo ya he sacado. El estudio me sirve para abstraerme un poquito de todo el día con la cabeza centrada en algo. Me ayuda y por eso lo hago.

—Leyó «La metamorfosis» para participar en el club de lectura con jóvenes de 16 años en la Fundación Athletic. ¿Le gustó la obra de Kafka?

—No me gustó nada. Lo comenté con ellos. Es un agobio de libro, pero sin más. Es un club que enriquece y que hace felices a los demás.

—¿Ha traído algún libro para leer?

—Estoy leyendo El maestro y Margarita (del ruso Mijail Bulgakov, fallecido en 1940). Me relaja.

— ¿Quién es su cantante favorito?

—Bruce Springsteen. Tenía entradas para ir a Madrid. Las compré hace un año. Cuando las adquirí me dije ‘ojalá no pueda ir por estar en la Eurocopa'. Pues mira. Se dieron y ya está.

—¿Hace un año pensaba en venir a la Eurocopa? No había sido convocado nunca.

—Uno aspira siempre al máximo. A todos los jugadores se nos ve. Se ha dado el año como queríamos y aquí estamos tres del equipo.

—¿A Springsteen lo conocen sus compañeros?

—Sí. Claro. Digo yo que lo conocerán, je, je.

—Lo digo porque en los vestuarios se escucha otro tipo de música.

—Sí. A mí también me gusta lo que escuchamos en el vestuario.

—¿Toca algún instrumento?

—He tocado, pero ya no toco. Piano y guitarra.

—¿No se anima a entrar en Orsai, el grupo de los jugadores del Athletic?

—Doy las palmas, les animo y ya está.

—Sin ningún tatuaje, ¿será visto como un tipo raro aquí?

—No. Muchas veces se plantean situaciones como el prototipo del futbolista. Pero para nada. Creo que el grupo es muy normal. Lo importante es la amistad, la cooperación y el compañerismo. Todos los compañeros tienen la misma idea.