Julian Nagelsmann, el científico del fútbol

Rubén Maneiro

DEPORTES

Angelika Warmuth | REUTERS

20 jun 2024 . Actualizado a las 09:19 h.

Venía la selección alemana de arrollar a Escocia (5-1) con una exhibición de lo que los sabios del fútbol denominarían fútbol total. Dominio del espacio, defensa en bloque, posesión de balón, presión alta y, sobre todo, libertad en el último tercio del campo para que los Havertz, Musiala y Wirtz hicieran su magia. 

Esta Alemania es sin duda un equipo autor. Julian Nagelsmann (36 años) ha construido un equipo a su imagen y semejanza. Desde sus inicios en el Hoffenheim, ha implementado un modelo de juego que combina tácticas avanzadas con el uso intensivo de datos y tecnología. «El 30 % es táctica, el 70 % es competencia», afirmaba en una entrevista reciente. Con sus estudios de Ciencias del Deporte, no duda en emplear el análisis de datos para optimizar el rendimiento de sus jugadores. Esta metodología científica la ha volcado en la selección alemana, y los resultados, por ahora, avalan su labor. 

Enfrente estaba Hungría, una selección con más pasado que presente. Su época de esplendor futbolístico en los años 50 con la conquista de un subcampeonato mundial, ha dejado paso a una larga travesía por el desierto desde entonces.

El partido comenzaba con Alemania siendo Alemania. Ritmo lento y pausado, meciendo el balón hasta tres cuartos de campo. A partir de ahí, vértigo y búsqueda de finalización. Jamal Musiala domina como nadie dos de las cualidades más difíciles de defender en el fútbol: control orientado y cambio de ritmo. El fútbol todavía carece de la táctica suficiente para defender jugadores con estas características. Dos carreras y un gol a los 20 minutos de partido del 10 alemán. El otro 10 del partido, el húngaro Szoboszlai, puso un libre directo prácticamente en la escuadra que el eterno Neuer logró desviar. Seguramente estemos ante la mejor parada en lo que llevamos de torneo. 

Contra todo pronóstico, Hungría se intentó revolver en la segunda parte. Dos intentos de llegada al área de Neuer, que se vieron opacados por el gol de Gündogan en el min 66. El centrocampista está dando en esta Euro un auténtico curso de cómo ocupar espacios y romper desde segunda línea. Alemania ve ya los octavos. Hungría seguirá, por ahora, transitando por el desierto.

Rubén Maneiro es miembro del Grupo Interuniversitario de Investigación en Fútbol.