Cucurella, el camaleón de España

Manuel Mosquera

DEPORTES

FILIP SINGER | EFE

21 jun 2024 . Actualizado a las 22:06 h.

Cuando una selección se comporta como un equipo, todos los jugadores salen ganando. Los más destacados aumentan su prestigio y los jugadores considerados secundarios, si es que se les puede llamar así, demuestran el valor neto que tienen.

Uno de estos secundarios de lujo es Marc Cucurella, un camaleón, porque ser camaleónico o tener una personalidad camaleónica es adaptarse con facilidad a cualquier tipo de situación de manera sencilla. Y no hay nada mejor para demostrar la gran personalidad que tiene este formidable jugador que hacer un repaso de su trayectoria sobre el verde.

Creció en La Masía. Ya tenía un gen marcado. Sin embargo, no creyeron verlo así dentro del club y, en la temporada 2018-2019, se fue al Eibar. Ni más ni menos que un lateral izquierdo de la escuela del Barcelona se iba con Mendilibar a un equipo con rasgos marcados y siempre buscando la permanencia en Primera División. Nadie daba un duro por él, ni por supuesto creían que fuese su lugar para dar el salto al profesionalismo. Pues bien, el camaleón lo jugo todo, Mendilibar lo colocó en el lateral y por delante, y sus números fueron excelentes, dando un ejemplo de adaptación.

La siguiente demostración de carácter la dio en el Getafe de Bordalás, donde otra vez estuvo excelso. En un equipo rocoso, competitivo y duro, él también destacó. Otra vez que lo jugó prácticamente todo.

Este buen hacer lo llevó a la Premier —palabras mayores—, a un equipo en crecimiento pero que también peleaba por mantenerse. Y Cucurella, el camaleón, volvió a adaptarse al idioma y al ritmo. Ese rendimiento lo llevó a uno del big six, el Chelsea. Pero ahí cometió el único error, sin querer. El equipo londinense pagó cerca de 80 millones de euros por él y, claro, eso lo llevaba en el césped, pegado a su camiseta.

Las criticas fueron feroces, rayando la humillación. Hasta le decían que se cortase el pelo, pero no, este enorme jugador no se cortó el pelo y se convirtió en el mejor suplente. Hasta que le tocó jugar y, ahí, se ganó la titularidad en el equipo que le llevó a esta Eurocopa (con vicisitudes que tenían que darse, como la lesión de Gayà).

Y aquí entró Luis de La Fuente, que conocía muy bien lo que el defensa podía darle. Con solo dos llamadas anteriores, ya lo incluyó en la lista para la Euro y, cuando todo el mundo creía que iba a ser Grimaldo el elegido por el seleccionador, el camaleón Cucurella se agarró a ese lateral, haciendo un primer partido muy bueno y siendo frente a Italia el que iniciaba la presión tras pérdida a la vez que hacía de guardia pretoriana del mejor del partido, Nico Williams.