Marc Cucurella: «El pelo me lo dejó tan largo mi madre para distinguirme en el campo»

José Carlos Carabias MÚNICH / COLPISA

DEPORTES

J. J. Guillén | EFE

El defensa español es una de las revelaciones de la Eurocopa. «Fallo pocos pases por la caña que me metía mi padre» e insiste en que «el trabajo del día a día hace mucho más que tener talento»

08 jul 2024 . Actualizado a las 15:59 h.

 Del campo de entrenamiento de la selección española en Aasen surge la sonrisa de un futbolista a la carrera. Es Marc Cucurella (Alella, 25 años) quien se presenta radiante a la cita, un tipo que ha sorprendido a todos, en la selección española y en la Eurocopa. Jugador revelación del torneo, fijo en España desde el primer día y personaje fuera del campo por su desparpajo. Antes de la semifinal contra Francia en Múnich (este martes a las 21 horas en La 1), el defensa del Chelsea habló con este periódico.

—¿Cómo se llevan 40 días de concentración?

—Es un trayecto largo, pero creo que ahora queda lo mejor, más energía tenemos. Es verdad que se ha hecho duro porque estamos aquí, echamos de menos a la familia, pero ahora sabemos que es el último esfuerzo. Tenemos mucha motivación y sería también un premio muy bonito, acabar levantando el trofeo.

—¿Hay alguien que pronuncie correctamente su nombre?

—Sí, sí, ahí en Cataluña es más normal, porque es más común. Pero sí que es verdad que en Inglaterra he escuchado de todo, ya me he acostumbrado y son cosas graciosas. También en España se complica al decirlo rápido. Son cosas que pasan.

—La afición del Chelsea le ha compuesto una tonadilla, «Cucurella come paella, bebe estrella y tiene un pelo masivo». ¿Es signo de distinción esa canción?

—En Inglaterra se lleva mucho lo de hacer canciones a los jugadores. Que me la hagan a mí significa que me tienen aprecio y que me valoran. Es muy bonito escucharla en el estadio.

—¿La lleva en el móvil o algo así?

—No, no, no, tanto no. La he escuchado muchas veces. Es bonito llegar a un país nuevo y que produzcan algo así para uno.

—Se fijaron en su pelo, como todo el mundo. ¿También es una seña de identidad?

—El pelo nos lo dejó mi madre tan largo porque ella se distraía en el fútbol cuando nos llevaba y para distinguirnos, nos reconocía por el pelo. Jugábamos en alevines, me lo dejé así desde entonces y ya me he quedado con ello. No me ha ido tan mal, ja, ja, ja.

—¿Desde cuándo no se lo corta?

—Me lo voy cortando poco a poco, me corto las puntas y me lo arreglo. Siempre lo he tenido así, ahora va también con mi personalidad, con mi estilo y nada, así seguiremos de momento.

—¿No le ha causado alguna vez un problema, algún jugador que le agarrase del pelo en vez de la camiseta?

—Alguna vez me ha pasado, sí, pero pocas veces. Cuando éramos niños en un torneo y luego hace un par de años o así en un partido de la Premier. Sin más, la gente no suele tirarme del pelo.

—¿No te provocan en el campo por el pelo?

—No, no, no. Hay muchos pelos diferentes, unos llevan trenzas, otros de otra manera. Al final eso ya depende de cada uno.

—En la foto del grupo de WhatsApp de la selección está usted subido al toro del hotel. ¿Le gusta el movimiento?

—Ja, ja, ja, Pasamos mucho tiempo juntos y tenemos que matar el tiempo de alguna manera y bueno, todo lo que sea aportar buen rollo al grupo y hacer pasar un rato divertido o desconectar es bienvenido.

—¿Es disfrutón?

—Sí, bastante. Siempre intento sacar lo mejor de cada situación, la cosa graciosa. Estamos mucho tiempo aquí y si estuviésemos todo el día serios o fuese todo muy serio, sería muy aburrido. Intentamos distraernos un poco, con tonterías y al final se pasa el tiempo más rápido.

—¿Es verdad que quiere hacer un canal de Twitch?

—A ver, me gusta, pero es que no tengo tiempo. Tengo mucha faena en casa, tres niños pequeños, y para eso necesitas tiempo. Creo que se me daría bien porque al interactuar con la gente se me ocurren muchas tonterías muy rápidas, creo que tengo agilidad mental. Si me decido a hacerlo sería para darle continuidad, no hacerlo un día y dejarlo. Veremos en un futuro.

—Es un personaje en las redes sociales.

—Más que un personaje, creo que doy pie porque se me ocurren cosas alegres y que dan que hablar. Improviso y lo hago todo bastante rápido, sin más.

—¿Cómo fue su infancia?

—Muy buena. He tenido el apoyo de mis padres siempre y luego tuve que renunciar a muchas cosas en época adolescente. Cuando mis amigos tenían un plan por la noche, yo no podía salir porque había partido. Esto te hace ser responsable y madurar antes. Al final han valido la pena los esfuerzos que hice en su momento porque ahora están dando sus frutos.

—¿Le costaba no ir de fiesta?

—Bueno, creo que a todo el mundo le cuesta. Pero fui creciendo, jugando en buenos equipos, tomé un camino, aposté por el fútbol, por mis sueños y hoy estoy muy contento de las decisiones que tomé y de las personas como mis padres que me guiaron.

—¿A qué se dedican sus padres?

—Mi padre siempre ha trabajado. Y sigue trabajando, desde muy joven ha sido un currante. Trabaja en ventas de un concesionario de coches. Ha sacado a la familia adelante, también me llevaba a los partidos. Muy contento de los padres que tengo, me han ayudado mucho. Y doy las gracias porque soy muy parecido a mi padre en el carácter.

—Tiene tres niños, familia numerosa con 25 años.

—Sí, sí, total. Siempre me han gustado mucho los niños y siempre he querido ser un padre joven, siempre he tenido muchos primos y siempre me ha gustado mucho jugar con ellos. Se dio la oportunidad, tuvimos el primero y ya que estábamos en el lío, que ya no dormíamos, dijimos venga para adelante, todos del tirón. Tengo tres y es lo mejor que me ha pasado en mi vida.

—¿En qué le ayuda ser padre tan joven?

—Te cambia la perspectiva de la vida. Antes cuando perdía un partido estaba dos o tres días cabreado. Ahora llego a casa y desconecto porque ellos no entienden de derrotas o victorias, siempre están alegres, te hacen feliz el día. Estamos la tarde juntos y hacemos nuestra rutina.

—¿Relativiza los problemas?

—Pues sí. Obviamente nosotros tenemos una facilidad que seguramente otra gente no tiene. Habrá mucha gente que le gustaría ser padres jóvenes, pero al final por temas económicos no es fácil y no pueden. Mi mujer y yo sí hemos tenido esas facilidades.

—Está en el mundo, no en la burbuja del futbolista.

—Claro, ya sé que no todo el mundo puede tener hijos a los 25 años por un motivo puramente económico. Mi cuñado ha sido padre y veo lo que comentan, que es complicado, ver cómo llegan a final de mes. Nosotros tenemos ese privilegio que puedes ir de vacaciones cuando quieras, o ir a comer fuera o tener hijos cuando quieras.

—¿Qué es más difícil, la presión de un futbolista de élite o criar a tres hijos?

—Uf, yo creo que la presión de un futbolista. A mí mis hijos se me dan bien, no sufro con ellos. Su madre les aporta más cosas positivas. Yo aporto más el jaleo y alguna vez me toca que me regañen. Hacemos un buen equipo.

—En el primer partido no falló un pase, es difícil esa estadística en la élite.

—Mi padre me metía mucha caña en eso cuando era pequeño. Podía hacer un buen partido, pero siempre se acordaba de los pases que había fallado. Y a lo mejor solo había fallado dos o tres. Cuando me dieron la estadística de ese partido, me acordé de mi padre, no fallo por la caña que me daba él. Al final esas cosas tienen su efecto.

—Mendilibar dijo de usted, no es rápido, no es fuerte ni el mejor en nada, pero le terminas poniendo siempre.

—Ahora se llevan mucho las estadísticas, los parámetros, las gráficas y en eso no suelo destacar, es verdad. Yo soy un jugador de equipo que aporta mucho tanto dentro como fuera del campo. Se ha demostrado en todos los equipos que he ido. Acabo jugando. El trabajo del día a día hace mucho más que tener talento. Si tienes talento, pero no trabajas, no lo das todo por el equipo o por ti mismo. Esa gente se acaba quedando en el camino. Conozco mis cualidades, soy un chico muy trabajador y lo doy todo. Y por ese lado puedo ser un jugador importante.

—¿Hay que esperarlo entonces?

—Supongo que sí. Me ha pasado en muchos equipos. La primera semana de entrenamiento no soy el que sorprende porque hay jugadores con mucho más talento que yo, hacen cosas mucho más visibles, pero si compartes tiempo conmigo te das cuenta que puedo aportar mucho. No bajar nunca los brazos me ha hecho estar donde estoy, disfrutando de esta Eurocopa.

—¿Es ambicioso, competitivo?

—Se trata de no quedar nunca satisfecho, siempre aspirar a más y sobre todo trabajar cada día es lo que marca la diferencia. Tenemos el ejemplo de Cristiano, con 40 años casi y el cuerpo y la mentalidad que tiene. Lo ha ganado todo, se podría haber relajado, pero él siempre ha querido más, nunca ha frenado. Él es un ejemplo para cualquier futbolista.

—El Chelsea pagó 68 millones por usted. ¿Qué piensa?

—A ver, me da igual. Lo que pasa es que a la gente no le da igual. Por esa cifra se piensan que tienes que ser una máquina perfecta de matar, pero no es así. Yo no tengo nada que ver, los clubes pactaron esa cifra y la movieron ellos. Entiendo que el aficionado tiene poca paciencia y nosotros seguimos siendo personas, con nuestros pensamientos, problemas o malos días. En ese aspecto somos igual a cualquier persona.