Alicia Fernández, jugadora de la selección española de balonmano: «La cancha es el único sitio en el que me siento cómoda y dejo la timidez»

DEPORTES

Manuel Lorenzo

A sus 31 años y pese a estar en duda por problemas físicos hasta el último momento, la de Valdoviño pondrá el acento gallego de las Guerreras

20 jul 2024 . Actualizado a las 12:02 h.

Alicia de las Maravillas. Así la definió el que fue seleccionador español de balonmano Juan Oliver tras colgarse Alicia Fernández (Valdoviño, 1992) la medalla de plata en el Mundial de Japón. Cinco años después, la gallega será —pese a la rotura fibrilar que la alejó de la convocatoria de la selección en los últimos preparatorios antes de la cita olímpica —la única representante gallega en el cuadro de las Guerreras. Maravilla para el deporte gallego y también para la propia jugadora, que milita en el Rapid de Bucarest y que, a sus 31 años, tiene mucho que decir todavía en una disciplina en la que empezó sus primeros pinitos con solo nueve años.

—Después de una convocatoria no exenta de interrogantes, ¿cómo se encuentra?

—Estoy mejor e hice una rehabilitación específica en Madrid antes de incorporarme con el resto del equipo. Contenta.

—A nivel mental, ¿cómo se gestiona la duda de si se podrá estar en una cita como la de París?

—Las lesiones nunca vienen en buen momento y antes de unos Juegos quizás es el peor momento de todos. Al principio fue complicado porque no sabíamos realmente el alcance de la lesión. Tengo la suerte de estar rodeada de buenos profesionales y todo el mundo me ha estado animando para poder recuperarme, porque la salud mental cuenta mucho. Yo, que he sufrido bastantes lesiones a lo largo de mi carrera, sé que la mente hace mucho.

 
 
 
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—¿Qué significa abanderar a Galicia y a Valdoviño, una vez más, en unos Juegos?

—Siempre es un orgullo. Tener esa opción de representar al lugar al que perteneces, donde, pese a llevar muchos años fuera, siempre se han acordado de mí, y cada vez que estoy por casa están ahí.

—¿Qué objetivos se marcan dentro del vestuario?

—Entrar en unos Juegos siempre es muy difícil. Todos los rivales van a ser duros. Es la competición más dura a la que podemos aspirar y veremos cómo va el torneo. Es verdad que en los últimos campeonatos no hemos tenido buenos resultados, pero este año hemos dado un buen cambio. Hemos ido mejorando como grupo, hay una buena combinación entre gente más veterana y gente nueva que quiere aportar mucho, y las sensaciones han sido buenas. Espero que las cosas nos vayan bien.

—¿Será la mezcla de veteranía y juventud una de las claves?

—Esa combinación es buena. Gente con experiencia que guíe un poco el camino de cómo son las cosas, porque las competiciones internacionales son completamente diferentes a lo que estamos acostumbradas con los clubes y es súper importante esa ilusión y esas ganas de aportar de las que están entrando.

—¿Planea Alicia Fernández regresar a España?

—Mi salida me ha servido para evolucionar, estoy en una competición muy fuerte que me ha ayudado a mantenerme en la selección y estar rindiendo bien. Allí ofrecen la posibilidad de jugar la Champions, cosa que los equipos españoles todavía no, y mientras tenga la oportunidad espero seguir disfrutando. Ahora mismo no me planteo volver, aunque supongo que algún día tendré ganas de regresar.

—Al hilo de esto, ¿hay ya brotes verdes en cuanto a la profesionalización en España?

—Se está mejorando. Tanto desde la Federación como desde los clubes están trabajando bien. Se va mejorando pasito a pasito. Lentamente, pero a veces es mejor para que haya una buena base. El camino es largo.

—¿Ve avances en materia de igualdad con relación a sus inicios en el mundo del balonmano?

—Al marcharme a Rumanía me sorprendió la importancia que tiene el balonmano femenino allí. No hay esa diferencia con el masculino e incluso funciona mejor. En España me gustaría que se equiparará al masculino.

—¿Ha perdido en Rumanía esa timidez que la caracterizaba?

—No, no [ríe]. Toda la vida me han dicho que se me iba a pasar, pero es mi forma de ser. En algunos ámbitos no queda otra que camuflarlo un poco, aunque sigue siendo mi esencia.

—La pierde toda en la cancha..

—Es en el único sitio en el que me siento cómoda y dejo esa timidez. Tanto entrenar como jugar partidos es mi momento tranquilo, de calma. Lo disfruto mucho. He jugado partidos con mucho público y no siento esa presión, cuando acaba y hay que atender a la prensa... eso ya lo sufro más.

—¿Hay promesa que cumplir si logran medalla?

—La verdad es que no tengo nada en mente. Solo llegar bien y, sobre todo, disfrutar. Creo que en los últimos años he disfrutado el balonmano quizás un poco menos porque las lesiones o el tener que parar, jugar con dolor, te quitan ese disfrute. Así que mi objetivo en verano era poder llegar a los Juegos y disfrutarlo y ahora hemos tenido un contratiempo y espero, por lo menos, disfrutar y rendir. Luego, ya veremos cómo van esos Juegos...

—¿Se plantea esta convocatoria como sus últimos Juegos?

—Prefiero no pensarlo. Así como tengo compañeras que, quizás, quieran acabar sus carreras más pronto, yo juego a balonmano porque disfruto. Lo mismo que lo hacía a los quince lo hago ahora. Es una de mis principales razones.

—Hay Alicia para rato...

—Creo que el momento de parar va a depender mucho del cuerpo, de las lesiones. De si respetan o no... Por eso es algo que prefiero no pensar y veremos cuando llegué el momento.