El análisis de Fernando Rey Tapias: Djokovic gana de forma inapelable

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Nadal y Djokovic se saludan tras el partido
Nadal y Djokovic se saludan tras el partido Violeta Santos Moura | REUTERS

Aun con el marcador muy en contra, Nadal dio una lección de humildad, de saber estar y de orgullo por intentar darle la vuelta a un partido tan complicado

30 jul 2024 . Actualizado a las 09:03 h.

Cuando un jugador tiene mejor saque, mejor resto, más rápido en el aspecto físico, más ritmo en los golpes de fondo, con una mayor confianza en su juego, lo normal es que en el marcador se traduzca en un resultado claro a su favor. Esto fue lo que sucedió en la Philippe Chatrier en el partido entre Djokovic y Nadal, los dos jugadores que más grand slam han ganado a lo largo de su extensa trayectoria, y que han mantenido una gran rivalidad desde sus primeros pasos en el circuito.

Sin embargo, en este momento hay una característica fundamental que los diferencia: Djokovic, salvo su lesión de rodilla, curada en tres semanas, está plenamente integrado en el circuito, mientras que Rafa, con continuas indisposiciones y falto de competición en los últimos meses, está fuera de punto, lo que se pudo comprobar en su minigira de tierra en torneos menores, y en la primera ronda de los Juegos, en la que tuvo que ir al límite para derrotar al húngaro Fucsovic.

De ahí que, a pesar de un primer juego igualado contra Djokovic, el serbio impuso sus cualidades y su mejor estado de forma para adelantarse con facilidad por 6-1 y 4-0. Sin embargo, ante cualquier tanto o jugada ganada por el español, el público de la Chatrier rugía y trataba de animar a Rafa.

Djokovic ganaba con claridad, pero no lograba el apoyo de la grada, y Nadal, a pesar del aplastante resultado en contra, seguía intentando sin un mal gesto, encontrar un hueco en el juego de su rival. Y su perseverancia tuvo premio. Comenzó a sacar mejor, soltó más sus golpes, consiguió alguna de las jugadas que caracterizaron su extraordinaria trayectoria, y ganó cuatro juegos seguidos, generando la esperanza de darle la vuelta al partido. Pero el juego del 4 iguales con su servicio el balear no lo jugó bien, incluida una doble falta, lo que facilitó que, en el juego siguiente, el serbio cerrase el partido con un saque directo.

Rafa ha hecho lo imposible para estar competitivo con el fin de jugar en Roland Garros y en los Juegos, pero la realidad es que, a pesar de su esfuerzo, Zverev en el grand slam y Djokovic en la cita olímpica le han demostrado que su nivel actual no se acerca ni de lejos al Rafa de su mejor época.

En el 60.º enfrentamiento entre ambos, aun con el marcador muy en contra, el español dio una lección de humildad, de saber estar y de orgullo por intentar hasta el último punto darle la vuelta a un partido tan complicado. Pero también mostró que le va a costar volver a recuperar la forma que le llevó a conquistar un palmarés de auténtico ensueño.

Muchos opinan que la Laver Cup sería un buen epílogo a su extraordinaria carrera. Sin embargo, su negativa a que le hiciesen un homenaje de despedida en Roland Garros indica que por su mente pasa poder jugarlo el próximo año. Es una decisión personal, el de la retirada, que cuesta a todo deportista, y Rafa tendrá que decidir cuándo será el momento adecuado.

Lo cierto es que ayer perdió con claridad, pero, aun en la clara derrota, dejó una lección de dignidad. Incluso cuando pierde, de Rafa siempre se aprende.