Gil Vicente y Deportivo, sin un rasguño en Barcelos (0-0)

24 horas, 25 kilómetros y un equipo nuevo. Esa fue la distancia entre el duelo de Famalicão y el de Barcelos, donde el Deportivo se midió al Gil Vicente (0-0) en su cuarto amistoso de la pretemporada, solo un día después de haber disputado el tercero. Si el martes Imanol Idiakez había tirado de varios futbolistas con pinta de titulares cuando arranque el curso, el miércoles llenó el once de meritorios, rodeando a Villares, Soriano y Barbero. Entregó la banda derecha a dos canteranos (Pablo García y Kevin Sánchez) y en la izquierda mezcló a Simao con Davo. Propuesta de perfil ofensivo, con Jaime y Dani Barcia protegiendo a Eric Puerto. La mezcla tardó en dar resultado.

Los visitantes se reservaron los cinco últimos minutos del primer tiempo. En el resto, apenas sucedió nada. Barcia impidió rematar a Depu al poco del arranque, Iano le limpió a Santi García un balón perdido por Jaime y Sandro Cruz chutó desviado tras llevarse un balón sin dueño.

A las puertas del descanso, asomaron por fin los blanquiazules en el área de Andrew. El meta del anfitrión respondió con una palomita a un buen disparo lejano de Davo, que aprovechó la capacidad de Barbero para generar juego de espaldas a portería. Al poco, el punta provocó una falta que se encargó de lanzar, obteniendo un córner, y en este apareció de nuevo Barcia para cabecear alto el centro medido de Soriano. Todos al vestuario.

De allí salió poco nuevo. Apenas José Ángel, que reemplazo a Petxarroman para deshacer la apuesta exótica de Idiakez. El vasco ya había actuado antes como centrocampista de contención y se volvió a probar en Barcelos a la espera de que acabe de cuajar lo de Mfulu. Cumplió sin problemas el vasco.

Tras la reanudación, un par de centros al área del Gil Vicente y una ocasión muy clara de Kevin Sánchez. El atacante aprovechó un pase en profundidad de Soriano para regatear al portero e intentarlo a puerta vacía. No acertó con la red, pero tampoco habría cambiado nada de haberlo hecho: el asistente señaló fuera de juego varios segundos más tarde de que se hubiera producido. El VAR portugués sigue abierto en pretemporada.

A continuación vinieron varias tandas de cambios que acabaron con Martín Ochoa en el puesto de ariete. Suyo fue el siguiente intento, a poco más de un cuarto de hora del desenlace. Caracoleó, se aproximó a un costado del área pequeña y soltó un derechazo que sacudió al meta en todo el cuerpo.

Poco más hasta el pitido final. El último de un colegiado que apenas desgastó el silbato. Y eso, pese a un par de conatos de refriega. Eligió pasarlos por alto. Mejor no romper la paz entre dos equipos decididos a saldar sin rasguños el cuarto amistoso del verano.

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