Sobre las puntuaciones en la final del concurso completo de gimnasia artística femenina en los Juegos de París
DEPORTES
Una gran final individual (las 24 mejores gimnastas del concurso I de calificación, dos gimnastas por país) fue la que vimos ayer en París. Resultó muy emocionante hasta el final; lamentablemente la aplicación del Código FIG (2022-24) no fue todo lo objetiva que hubiésemos deseado. Hay que aclarar que no es nada fácil, no ya entender las notas (Nota D o dificultad y nota E o ejecución) en este deporte, sino que resulta complicado seguir la competición cuando se desarrolla en los cuatro aparatos de forma simultánea, apreciando entre notas D y E las diferencias mínimas entre unas y otras después de cada aparato. Según los resultados del día de calificación y por normativa FIG (Fédération Internationale de Gymnastique) las gimnastas favoritas están situadas en el primer grupo, es decir empezando en salto y siguiendo lo que se denomina orden olímpico u orden de aparatos en competición. Eso supone el seguimiento del grupo favorito por el público y los medios de comunicación frente a las gimnastas del resto de aparatos. Así la reconocida campeona olímpica Simone Biles acabaría la competición en suelo, lo que siempre se espera que sea el colofón de dicha final.
Dificultad y Ejecución
Desde hace tiempo en Gimnasia Artística suelen obtener los mejores resultados aquellas gimnastas que no fallan en los cuatro aparatos. Y las perjudicadas en este caso fueron la brasileña Rebeca Andrade y la italiana Alice D’Amato. Estas dos gimnastas no fallaron; tan solo un pie fuera de la pista de Andrade valorado en -0,10. Frente a la gran favorita Biles que falló en asimétricas (-0,50 por gran flexión de piernas en el Pack y otro -0,50 en un vuelo suplementario) y Sunisa Lee (campeona olímpica en Tokio 2021, excelente gimnasta estadounidense) que falló con un desvío en la recepción de salto, tuvo algún desequilibrio y recepción defectuosa con un paso adelante en la salida de barra. Estos fallos de acuerdo en la nota de Ejecución que obtuvieron no fueron penalizados tal como indica el código FIG (2022-2024). Nadie discute la gran ventaja que obtiene Simone Biles en la nota D en todos los aparatos, pero en ese día no se colocó en los primeros puestos en el cómputo de las notas de Ejecución. Por tanto, ha quedado clasificada primera con fallos importantes en las paralelas y tercera su compatriota Lee con fallos en salto y barra de equilibrios, a este nivel en que se juegan todo en décimas y milésimas.
Parece cuestionable que algunas ejecuciones sean apoyadas de esta forma por el jurado para mantener las posiciones previstas de podio. Los fallos en ejecución deberían igualar a las gimnastas en cuanto a la diferencia que exista en dificultad. Andrade hizo la competición de forma impecable, sin desequilibrios en la barra y a un ritmo envidiable incluso antes de las acrobacias y la salida; en salto el mejor Cheng, unas paralelas muy amplias con excelente colocación del cuerpo y tan solo en suelo, 0,10 por salir un pie de la pista. Es una verdadera pena que en Gimnasia Artística no se consiga tender hacia la objetivación del código, por lo menos en el aparato de salto en el que se determina la nota de dificultad de antemano y los fallos de ejecución son fáciles de detectar, de revisar y de deducir en el caso de duda con análisis de video y sensores a la hora de aplicar las deducciones.
Hace años cuando se suprimió la puntuación sobre 10 tras Atenas 2004, momento en el que se cambió el sistema de puntuación y se intentó que mediante dos jurados (Dificultad y Ejecución) se llegase a una resultado más objetivo y justo, volvemos a estar en las mismas en 2024, con notas de Ejecución que resultan cuestionables y a las que no se puede apelar. Si la FIG desea una Gimnasia Artística menos artística y más acrobática, que lo defina y que no se valore la correcta ejecución (colocación del cuerpo) de movimientos, en el aire y en los aparatos; es decir, que se busque la dificultad al máximo en detrimento de la ejecución técnica.
Esa deriva de este deporte no parece lo adecuado para una disciplina que permite competir a nivel sénior a jóvenes de 16 años y que quizá para evitar entrenamientos intensivos a bajas edades, abusos, malos tratos psicológicos y verbales debería plantear elevar la edad mínima y orientarse a una gimnasia más técnica, con trabajo de escuela y una base correcta, inspirándose en la evolución que está teniendo la Gimnasia Artística masculina, que consigue que los gimnastas lleguen a una edad adulta.
Locura por Simone Biles
Por último, señalar que, en grupos de gimnasia, internet, foros de aficionados se ve que hay verdadera locura por la figura de la norteamericana Simone Biles, algo que nos parece importantísimo por lo que representa como deportista y gimnasta a nivel mundial que favorece la divulgación de este deporte, además habiendo superado un episodio de abusos gravísimo en su país. Ahora bien, los resultados del último día recuerdan a cuando el bloque occidental se quejaba en los 80-90 de algo semejante por los países del bloque del Este cuando estos tenían un dominio y control absoluto en este deporte y han pasado años para ahora vuelvan a repetirse los mismos errores con distintos protagonistas.
Doctora Elisa Estapé Tous, Profesora Titular de Gimnasia Artística Universidad de León