¿Qué dicen los salmos escritos en las botas de Enmanuel Reyes Pla en los Juegos de París?

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso PARÍS / E. LA VOZ

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Los cuatro salmos escritos en las botas del púgil afincado en A Coruña, Enmanuel Reyes Pla
Los cuatro salmos escritos en las botas del púgil afincado en A Coruña, Enmanuel Reyes Pla Paulo Alonso

El púgil hispanocubano afincado en A Coruña pelea por una plaza en la final de boxeo en menos de 92 kilos

03 ago 2024 . Actualizado a las 16:49 h.

Las botas de Enmanuel Reyes Pla están escritas con rotulador negro. Frases de contenido religioso que le sirven para reforzar su confianza y su fe antes de los combates. «Mi abuela, que era cristiana, me inculcó el cristianismo, y puse algunas frases para dedicarle las victorias a ella», explica el púgil, ahora convertido al islam. Este domingo peleará por una plaza en la final olímpica de menos de 92 kilos. Se enfrentará con el azerbaiyano Loren Berto Alfonso Domínguez (RTVE Play, 13.08) por una plaza en la final del día 9, ya en la pista Suzanne-Lenglen de Roland Garros, convertida en un gigantesco cuadrilátero.

¿Qué dicen las frases de las botas del boxeador hispanocubano afincado en A Coruña? «Dios conmigo», indica la de la punta de su calzado izquierdo. «El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del omnipotente», apunta otra en el talón.

PAULO ALONSO

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«Con sus plumas te cubrirá. Y debajo de sus alas estarás seguro. Escudo y adarga es tu verdad», recoge el salmo escrito en su bota derecha, en cuya punta luce Reyes Pla otro escrito: «Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra: mas a ti no llegará».

PAULO ALONSO

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Enmanuel Reyes Pla huyó de Cuba en el año 2017 porque creía que allí no le darían oportunidades para triunfar. Voló a Rusia, pidió asilo político en Austria, fue encarcelado en Alemania y terminó encontrando la forma de llegar a Galicia, donde residía parte de su familia. Se integró en los entrenamientos dirigidos por los hermanos Planas en A Coruña y poco a poco comenzó su escalada hasta la élite. Derrotado en cuartos de los Juegos de Tokio por el cubano Julio César La Cruz, que al final se colgó el oro, se sintió entonces víctima de un complot arbitral.

Becado en la residencia Joaquín Blume de Madrid con el equipo español de boxeo, si gana este domingo se enfrentará en la final con el ganador del combate entre el uzbeko Lazizbek Mullojonov y el tayiko Davlat Boltaev.