La olímpica australiana viral por su peculiar estilo de break dance se defiende: «Sabía que no podía ganarles, y quería dejar mi huella»

P. V. LA VOZ

DEPORTES

Raygun, durante su actuación
Raygun, durante su actuación CAROLINE BLUMBERG | EFE

La actuación de Rachel «Raygun» Gunn ha dado la vuelta al mundo por sus particulares movimientos, que han sido calificados de amateur e impropios de los Juegos Olímpicos. Pero ya le han surgido fans

12 ago 2024 . Actualizado a las 08:28 h.

La inclusión del break dance en los Juegos Olímpicos de París 2024 no ha sido del agrado de todo el mundo. La flamante disciplina olímpica pretende conectar el gran evento mundial del deporte con las nuevas generaciones, aunque su estreno no ha estado exento de críticas por parte de sectores deportivos más conservadores. Y, como forma de desmerecer a esta modalidad deportiva, durante los últimos días ha corrido como la pólvora una de las actuaciones de breaking —así se llama oficialmente— más peculiares del campeonato: la de la australiana Rachel Raygun Gunn.

La atleta de 36 años, conocida en el mundo del break dance como B-girl Raygun, no destacó para el jurado, pero, sin lugar a dudas, tampoco pasó desapercibida. Vestida con un pantalones deportivos y polo verdes con diseños en amarillo inspirados en la cultura aborigen de su país y una gorra a juego, la performance de Gunn no dejó indiferente a nadie. No se puede negar que sus pasos fueron poco convencionales.

Gunn dejó de lado en su propuesta las figuras acrobáticas complejas, en contraste con sus competidoras, y optó por pasos más creativos y sencillos, como cuando emuló el salto del canguro como homenaje a su país. En uno de los momentos más compartidos en redes, Gunn se tira en el suelo y gira sobre sí misma en un movimiento que no parece revestir una gran dificultad. «Es como cuando mi sobrino de 6 años me dice: "Mírame, mírame, qué bien lo hago"», se mofaron de ella en redes, calificando su actuación de amateur e impropia de un evento olímpico. 

Los jueces tampoco le compraron su propuesta. Gunn consiguió cero puntos frente a su contrincante en esa batalla, la estadounidense de 21 años Logan Edra, apodada Logistx, que se impuso con 18 puntos en las dos rondas.

Con todo, Raygun desoye a sus críticos y defiende su decisión artística y deportiva. «Sabía que nunca iba a superar a esas chicas en lo que mejor se les da: los movimientos dinámicos y de poder», explicó en varios medios de comunicación, «así que quise moverme de forma diferente, ser artística y creativa». La australiana destaca que siempre había sido la desvalida, así que se planteó un objetivo claro: «Dejar mi huella de una manera diferente», confirma.

Y lo cierto es que su plan se cumplió con creces. Frente a una legión de críticos, han surgido, por reacción, ya los primeros que la ven como un ejemplo a seguir. Por su valentía y autenticidad, Raygun se ha convertido casi en un símbolo de resistencia frente al «qué dirán». La joven, a pesar de quedar fuera en la primera ronda, ha conseguido centrar en ella los titulares, en su mayoría positivos, pero también jocosos. Medios como The New York Times, The Guardian, The Washington Post o Rolling Stone han destacado la actitud de Raygun, asegurando que, aunque «ha perdido la batalla, se ha ganado nuestros corazones».

«No tengas miedo de ser diferente, sal ahí fuera y represéntate a ti misma; nunca sabes adónde te va a llevar», escribió en un post en Instagram tras la actuación. Y a ella la ha llevado a que su historia personal sea conocida en prácticamente todos los rincones del planeta.  Doctorada en estudios culturales por la Universidad Macquarie, la australiana tiene experiencia en baile de salón, jazz y claqué. Y ha visto en el breaking la forma de darle visibilidad a la diversidad del movimiento humano.

No podrá volver a intentarlo en la modalidad olímpica, ya que la presencia en los Juegos Olímpicos del breaking parece que va a ser fugaz, ya que no ha sido elegida como disciplina para Los Ángeles 2028.