Norris deja a Verstappen sin fiesta en casa del neerlandés

David Sánchez de Castro COLPISA

DEPORTES

Piroschka Van De Wouw | REUTERS

Pese a una salida más que dudosa, el británico se lleva la victoria en Zandvoort ante un impotente campeón del mundo, con Sainz quinto y Alonso décimo

25 ago 2024 . Actualizado a las 17:12 h.

El cambio de ciclo que se vio antes del parón veraniego se confirmó en casa de Max Verstappen, donde Lando Norris hizo suya la marea naranja que vitoreaba al ídolo local, pese a una mala salida y a un arranque difícil. El británico, a pesar de recortarle puntos al líder del campeonato, sabe que no lo tiene nada sencillo en lo que queda de Mundial.

«Sigamos empujando», decía exhausto Norris al llegar a meta, porque solo puede hacer eso. Por eso no solo ganó el Gran Premio de Países Bajos, sino que lo hizo marcando la vuelta rápida en el último giro. El podio lo completó Charles Leclerc, con Ferrari mejorando notablemente lo visto el sábado. Al tercer puesto del monegasco hay que unir el quinto de Carlos Sainz, con una nueva gran remontada. Peor le fue a Fernando Alonso, décimo, y gracias.

Por lo que se vio en la salida, parecía que Verstappen iba a ser el gran dominador de la carrera. En su gran premio número 200 en fórmula 1, vigente campeón del mundo tardó muy poco en demostrar que quería seguir siendo el rey en la colina de Zandvoort. El neerlandés, para alegría de sus cientos de compatriotas, se deshizo en los primeros metros de Lando Norris, quien, otra vez, dio gasolina a quienes le llaman Blando Norris. En McLaren tienen que trabajar en los primeros compases de las carreras, ya que tampoco Oscar Piastri salió bien y cedió ante George Russell el tercer puesto.

Pero ahora mismo la fórmula 1 no es un reinado de Red Bull. Todo lo contrario. Ahora es McLaren el equipo que, sobre el papel, debería estar dominando día a día. Así lo dejó patente Norris, que antes de llegar al primer corte de la carrera dejó a Verstappen por detrás. No hubo esta vez contacto, ni pique, ni siquiera un amago de toque entre ambos, porque Verstappen tiró de cabeza. Algo que, por otro lado, no es muy habitual en él. En cuanto Norris se vio por delante, tardó apenas un par de vueltas en tomar ventaja sobre su gran rival, que decidió hacer lo que ya lleva unas cuantas carreras haciendo: minimizar daños.

No hubo color en la batalla por la victoria, como demuestra la ventaja final con la que llegó Norris sobre Verstappen. Ni la estrategia, ni el eventual desgaste de neumáticos -aquí también llevó ventaja McLaren-, ni una mayor carga aerodinámica ayudaron a un Red Bull que, como se sospecha, parece haber perdido esa pieza mágica que nadie se atreve a decir en voz alta en el paddock pero que pinta a una trampa que la FIA les ha descubierto desde hace unas cuantas carreras. Los 'pasos prohibidos' que antes hacían bailar a la Fórmula 1 ahora desentonan en el box del equipo campeón.

La batalla por el tercer puesto fue más intensa. La persecución de Piastri y Sainz a un Leclerc que llegó al final con la lengua fuera dejó con la boca abierta a los aficionados más duros, aunque los demás también la abrieron, pero para bostezar. Fue una carrera tensa, pero no emocionante ni mucho menos. La dificultad para adelantar obligó a poner el foco en las paradas en boxes, que solo fue una para casi todos, donde apenas hubo movimiento. Solo al final, cuando los dos Mercedes decidieron sacar a rodar los neumáticos blandos para hacer vuelta rápida y pelear entre ellos por el séptimo puesto, hubo algo de emoción para los últimos giros.

Sainz, para arriba

Por detrás, pese a la gran posición de salida, Fernando Alonso cedió pronto varias posiciones. Con la mirada puesta en puntuar y poco más, el asturiano cedió en los primeros compases con Pierre Gasly, primero, y con Carlos Sainz después. El madrileño dejó claro que quería remontar, y aunque se tuvo que conformar con una quinta plaza que sabe a poco, no se le puede restar ni un ápice de mérito. Fue, posiblemente, el más agresivo de la carrera y obtuvo mucho más rédito.

Ferrari obtuvo un resultado más que decente en la carrera. Tanto Leclerc, que firmó un buen podio, y Sainz, con su remontada, demostraron que en la Scuderia tienen aún capacidad de salvar un fin de semana que se les puso muy cuesta arriba en la clasificación. A su buen ritmo hay que unir el evidente fallo de estrategia y gestión en Mercedes, tanto con George Russell como con Lewis Hamilton, que no tuvieron un buen domingo pese a que parecían más fuertes.

Para Alonso fue una carrera mucho más difícil. El español de Aston Martin, que salía séptimo, tuvo que sudar para acabar décimo y dando casi gracias a Haas, que impuso a Nico Hulkenberg una estrategia muy arriesgada de estirar su primer stint hasta prácticamente dejar sus neumáticos en las lonas. Viendo que Lance Stroll, que salía también en el top 10, no pasó del duodécimo puesto, Alonso puede dar por bueno el punto final.