La readmisión de los jugadores del LIV en el Campeonato de la PGA y el equipo de EE. UU. de la Ryder Cup no afecta por ahora a los dos grandes circuitos
20 sep 2024 . Actualizado a las 16:08 h.Un nuevo paso en el lento deshielo en la guerra del golf: cisma en el 2022, anuncio de negociaciones para alcanzar la paz en el verano del 2023 y pequeño gran paso simbólico ahora en septiembre del 2024 entre dos bandos enfrentados. Desde el comienzo del conflicto, a un lado se alinearon el PGA Tour, la PGA de América, el circuito europeo y la Ryder Cup, y por otro el calendario de capital saudí, LIV Golf; con los grand slams en una especie de territorio neutral. El jueves se produjo un nuevo movimiento de consecuencias todavía por medir.
La PGA de América, que organiza el Campeoanto de la PGA y la parte norteamericana de la Ryder Cup, admitirá ahora sin traba alguna a los jugadores del circuito rebelde tanto en su principal campeonato —el segundo grande de la temporada— como en el equipo estadounidense que se enfrenta a Europa en el duelo más mediático del golf. Argumenta su decisión en que pretende «garantizar» que el segundo major del año «siga ofreciendo la participación más potente» «y que el equipo de Estados Unidos (...) siga teniendo acceso a los mejores jugadores».
El próximo Campeonato del PGA se celebrará en mayo del 2025 en Quail Hollow, en Charlotte (Carolina del Norte) y la próxima edición de la Ryder Cup se disputará también el próximo año, en Bethpage, Long Island (Nueva York) en septiembre.
¿Qué es la PGA de América y qué consecuencias tiene su decisión?
La PGA de América aglutina a casi 30.000 profesionales del golf, organiza el campeonato que lleva su nombre y también gestiona el equipo estadounidense de la Ryder Cup, entre otras relevantes actividades. Se trata de una organización con una enorme influencia en la industria del golf, pero independiente del PGA Tour, el rector del circuito norteamericano profesional. El segundo grand slam del año podrá ahora contar con jugadores del LIV sin restricciones, pero todavía está por ver cómo se articulan los mecanismos de acceso al torneo. Es decir, si habrá un cupo específico para sus estrellas: si, por ejemplo, los diez mejores de la clasificación anual del circuito de capital saudí tendrán plaza en el Campeonato de la PGA.
¿Cómo afecta la decisión a la Ryder Cup?
Los jugadores se clasificaban para los equipos a través de dos ránkings específicos y por medio de las invitaciones discrecionales de los capitanes. Pero siempre que cumpliesen unos requisitos, de los que los jugadores del LIV quedaban fuera, con la excepción de Brooks Koepka, que sí disputó el duelo en el 2023 pese a ser miembro del calendario de capital saudí. Ahora, el capitán de Estados Unidos, Patrick Reed, podrá llamar con libertad a las estrellas del LIV en el uso de sus invitaciones personales. En el equipo europeo sucede de forma parecida: los jugadores deben haber disputado un número mínimo de torneos del DP World Tour para ser elegibles por el capitán. Pero en el caso del Viejo Continente siguen vigentes los vetos al LIV. De hecho, el tour europeo es especialmente rígido en su postura. Se niega a perdonar las multas que impiden que los jugadores que se fueron al circuito rebelde disputen algunos torneos, como le sucede a estrellas como Jon Rahm, que estaba interesado en disputar el Open de España.
¿Qué sucede con el resto de «grand slams»?
El Masters lo organiza un club, Augusta National; el US Open, la federación de golf de Estados Unidos; y el Open británico el Royal&Ancient de St. Andews. Hasta ahora, como en el Campeonato de la PGA, los jugadores podían ganarse una plaza en estos torneos a través del ránking mundial, ciertos eventos o como excampeones de los grand slams en los últimos años. En la práctica, los miembros del LIV lo tenían muy difícil, por eso apenas 10 o 15 de sus jugadores competían en cada major. La PGA se ha movido y facilitará la presencia de jugadores del LIV a partir de ahora. Está por ver si el resto de organizadores varían su postura.
¿Qué pasa con el PGA Tour?
Se trata de una entidad independiente de la PGA de América, y el principal enemigo del LIV Golf hasta que ambas partes y el DP World anunciaron en el 2023 el inicio de las conversaciones para una coexistencia pacífica. Sin embargo, pese a los constantes anuncios de avances en las negociaciones, el acuerdo definitivo se demora. Según aseguró Rory McIlroy hace unos días, uno de los puntos en conflicto es que las estrellas que permanecieron fieles al PGA Tour pretenden que los que se lucraron en el calendario rebelde renuncien a las ganancias obtenidas para poder volver al calendario de Estados Unidos.