Jorge Martín, campeón del mundo de moto GP: «Ducati nunca me ha defraudado, incluso tras fichar por Aprilia»
DEPORTES
Se muestra agradecido a la fábrica italiana, de la que saldrá en el 2025
con destino a su futuro equipo y con el dorsal número 1 en su nueva moto
17 nov 2024 . Actualizado a las 21:49 h.
Nada más terminar el Gran Premio Solidario de Barcelona, el flamante campeón del mundo de moto GP, Jorge Martín Almoguera (San Sebastián de los Reyes, 1998), compartía sus emociones.
—¿Qué se siente en un momento así?
—Bueno, ahora ya han bajado un poco las revoluciones, pero, sobre todo, mucha emoción y ganas de celebrar con mi equipo. Ha sido una carrera muy larga, pero estaba preparado para una carrera larga, e incluso he disfrutado. Me he acordado de mi familia en las últimas seis o siete vueltas, pero gracias al trabajo mental que he realizado he podido reenfocarme y ser competitivo.
—¿Para quién va este campeonato?
—Va para mi gente, mi equipo, mi familia, mis amigos, y toda la gente que me apoya. Como dije, a mí no me iba a cambiar la vida ser campeón, y no me la va a cambiar, pero la ilusión de ver a mi familia, a mi equipo, todo lo que hemos peleado, los momentos difíciles... Al final te vienen a la cabeza. Y me acuerdo de mi abuelo Rafa, que no está aquí para celebrar. No está en Montmeló, pero está, y lo ha podido ver. También de mi abuelo Ángel, que sí que está aquí, de mis abuelas, de mi tío, podría estar diciendo nombres toda la tarde... Gracias a toda la gente que me ha apoyado, y que se sienta identificada cuando doy las gracias. Toda esa gente es para la que de verdad va el título.
—Entre esas personas especiales, su padre Ángel, que le metió en las motos y que siempre ha estado a su lado.
—Hemos llorado juntos, y mi padre no es alguien que llore mucho, y me gusta hacerle llorar, la verdad, porque cuando le hago llorar es cuando es de verdad. Es la figura principal, pero igualmente mi madre. Lo han sufrido ambos a la par, los dos son los que han estado sufriendo para hacerme seguir cuando no tenía ni idea de lo que era una crisis, cuando no tenía ni idea de lo que era estar en el paro. Seguir luchando, peleando, mi familia, mi tío, mis abuelos. Mi familia más cercana. Pero luego mi equipo, Pramac, se lo merecen más que nadie. Estoy agradecido de no haberme ido a ningún sitio porque al final lo he ganado con ellos, y son los que se lo merecen, y esto se lo van a llevar para toda la vida.
—¿Alguna vez dudó de que podía ganar este mundial después de fichar por Aprilia?
—Sí, obviamente, he tenido dudas. Pero al final Ducati nunca me ha defraudado. Vale, han hecho otra elección, y esto no lo puedo controlar, así que me centro en lo que puedo controlar, que es pilotar la moto. Pero a nivel técnico siempre me han dado el apoyo. Incluso cuando antes de la carrera le he dicho a Gigi Dall’Igna (jefe de Ducati en las carreras): «Gigi, no sé qué hacer con la rueda de atrás. Por favor, ayúdame». Ha venido al box y hemos estado hablando un rato. O sea, hasta en el momento más crítico en el que dirías: «Igual ni me responde y me deja en visto», ha venido a ayudarme. Nunca me han defraudado. Ducati ha confiado en mí, me han puesto en la mesa contratos increíbles. Es una pena no haber cerrado este ciclo, pero la vida es así, y estoy muy feliz por lo que viene.
—¿Cómo de diferente es el Jorge Martín del mes de enero al de hoy?
—Mucho. Al final la vida de un deportista de élite es fácil, pero la presión, los miedos, todo aumenta. Desde fuera dices: «Bah, un chaval joven, le va bien, lo tiene todo». Pero al final está claro que hay que relativizar, hay situaciones muy difíciles, hay cosas en la vida que son durísimas, como lo que ha pasado en Valencia, pero al final cada uno tiene sus problemas, y siendo un piloto tan joven tienes muchos miedos, y eso tienes que saber llevarlo.
—¿Qué le diría a ese chaval de hace diez años que si no ganaba la Rookies igual no seguía en el mundial?
—Nada, al final lo ha hecho perfecto. Ese chaval era más fuerte mentalmente de lo que pensaba. Luego con los años vas cogiendo miedos, vas teniendo mucha información y esto es muy difícil de gestionar. Llegamos a la élite muy jóvenes, y es como una caja de bombas, puede explotar por cualquier lado. Así que teniendo esa cabeza gracias a la educación que me han dado mis padres he podido saber dónde trabajar, para poder llegar aquí.
—¿Ha sido consciente del trabajo que ha hecho Aleix Espargaró durante la carrera como guardaespaldas?
—No he visto la carrera, pero sé que Aleix es gran parte de esta victoria. No solo ahora, desde que yo era un niño, cuando me ayudaba a ir a entrenar cuando yo no tenía moto para entrenar. Y me daba mucha tranquilidad ver ese dorsal 41 en la pizarra. No te voy a engañar, sabía que tenía un aliado. Y Aleix se merece este título, y es parte de mi equipo, así que le estaré siempre agradecido.
—¿Qué puede decir de Pecco, de su rival?
—Pecco es una persona increíble. Dentro del paddock creo que es de admirar el respeto que nos tenemos ambos. Me hace mejor cada día, porque que haya conseguido once victorias, que vaya tan rápido, me hace llevarme a mi límite. Creo que es una historia bonita que ambos compartiéramos habitación, que fuéramos niños y que ahora estemos ganando títulos mundiales.
—¿Ha decidido si va a ir con el 1 el próximo año?
—No, no, aún no. Está claro que será una decisión fácil. Pero prefiero disfrutar del momento. Esto lo decidiré más adelante.