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El Ribeira Sacra es un modelo de integración en el que jóvenes promesas llegadas de diferentes países del mundo forman parte de sus categorías
18 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.No es difícil encontrar clubes profesionales en los que compitan jugadores de diferentes nacionalidades, pero sí resulta complicado en categorías inferiores. La excepción está en Monforte, en el Ribeira Sacra, que cuenta en sus filas con 20 jóvenes promesas, que pertenecen a ocho nacionalidades. A estas jugadoras hay que añadir tres entrenadoras, que han sido referentes del equipo entonces denominado A Pinguela, que dominó durante años el volei gallego, al que representó en la élite nacional.
Las entrenadoras son Yoraxi Meleán y Layda Alvarado (venezolanas) y Juliana Escobar (brasileña). Las nacionalidades de las jugadoras son panameña, francesa, portuguesa, peruana, colombiana, rumana, brasileña y suiza. Esto sí es integración, tal y como afirma el director deportivo del Ribeira Sacra, Manolo Martínez. «Dende o club facilitamos a integración. É un orgullo. Eu son integrador, porque son fillo de emigrantes que foron a Venezuela, e teño filla no estranxeiro. Estou moi sensibilizado con esta cuestión», indica Martínez.
De jugadora a preparadora
El técnico considera que el deporte es una fórmula ideal para integrar. «Fomentamos os valores da igualdade. Somos un club feminino e defendemos que a muller poda emanciparse a través do deporte», dice.
Una de las entrenadoras, Yoraxi Meleán, afirma sentirse orgullosa y le vienen a la mente recuerdos de cuando ella llegó a España con solo 20 años —fue una de las líderes de A Pinguela—. «Esto demuestra que sí podemos convivir todos en un mismo sitio, con una disciplina, con unos valores, con ejemplo, y lo mejor es que desde la base fomentamos esto para que cuando lleguen a adultos no existan problemas», indica.
Juliana Ribeiro destaca que las niñas se integran muy bien. «Esto es un ejemplo de respeto al prójimo. Las niñas se integran perfectamente, lo que demuestran que a estas edades es más fácil», afirma. Layda Alvarado destaca que el idioma no es problema. «Las niñas son muy receptivas».
El modelo de convivencia en A Pinguela, a través del deporte, lleva muchos años siendo un rotundo éxito.