Los problemas de rebote que el resto de equipos parecen haber solucionado han empeorado si cabe en los coches de Alonso y Stroll
22 nov 2024 . Actualizado a las 18:14 h.Con el frío previsto y algún que otro susto por la idiosincrasia plenamente urbana, el primer día del GP de Las Vegas dejó a los Mercedes como los coches de referencia en la parrilla. Lewis Hamilton se hizo con el mejor tiempo tanto en la intempestiva primera sesión como en la segunda, aunque en este último caso por la mínima frente a Lando Norris, en una jornada marcada por las bajísimas temperaturas.
Las luchas por mantener los monoplazas en pista sin que hubiera ninguna salida o posible choque hizo que muchos vivieran en sus carnes el peligro del graining, el efecto de que las virutas de goma que sueltan los neumáticos se queden adheridas en las ruedas y, debido al frío, no se diluyan, lo que provoca una notable pérdida de agarre.
Carlos Sainz, entre otros, lo explicaba de manera muy gráfica: «Un jueves (en España ya era viernes, allí no) complicado aquí en Las Vegas debido a una pista complicada con muy poco agarre que nos dio una sensación extraña dentro del coche. Para la FP2 probamos algo diferente pero aún no estamos satisfechos con nuestra situación y tenemos que seguir trabajando en ello». El español, sexto, probó casi toda la segunda sesión con el neumático que parece que va a ser el que se emplee en la carrera de manera primordial, el medio.
Verstappen, de hecho, ni siquiera probó a hacer una vuelta buena con los blandos y dedicó toda la sesión a unos medios que le permitieron taparse y no mostrar su potencial. Consciente de que tiene ante sí una oportunidad de oro y que todo lo que sea tener coches delante de Norris le acerca más al entorchado, el neerlandés salió del circuito estadounidense notablemente satisfecho por lo que le puede venir por delante.
Mientras por arriba se peleaban por ver quién podía dar mayor muestra de rendimiento y Verstappen tiraba de faroles en esta partida de póker constante que es la fórmula 1, el que lleva las peores cartas de largo en esta recta final del año es Aston Martin. Con el equipo interno en llamas y despedido Dan Fallows, el responsable del diseño del fallido AMR24, el equipo está intentando solventar los problemas de rendimiento con palos de ciego que van cada vez peor.
La imagen que vale más de mil palabras queda retratada en las frenadas. El marsopeo, ese incómodo rebote que se producía sobre todo hace más de un año cuando se estrenó esta nueva normativa, se ha reproducido de manera muy visible en los Aston Martin, merced a un nuevo suelo con el que querían acercarse más a la zona de arriba. Ahora el coche no solo es lento, sino que además es molesto en las frenadas y prácticamente imposible de conducir en las zonas rápidas de los circuitos. La sensación de que la situación es irremediable ya en las tres carreras que quedan queda patente.
«Dos filosofías»
Tanto es así que Alonso ha estado probando «dos filosofías». «No ha sido fácil con las temperaturas tan frías de esta noche, que han dificultado mantener los neumáticos en la ventana adecuada. Hemos probado distintas filosofías de configuración del monoplaza en ambas sesiones, tenemos trabajo que hacer durante la noche para encontrar más rendimiento», explicaba, toda vez que llamaba a la calma asegurando que, con la más conservadora, tenían mejores sensaciones.
Aston Martin está intentando salvar los muebles en este final de temporada, aunque más por sensaciones que por resultados. El quinto puesto de la clasificación final lo tienen prácticamente asegurado: llevan 86 puntos frente a 49 de su inmediato perseguidor, Alpine, que logró 35 de ellos en el memorable GP de Brasil donde se subieron sus dos pilotos al podio. Con Mercedes casi 300 por delante, con lo que matemáticamente no les pueden cazar, lo que queda de temporada no es más que un devenir de carreras que les sobran.
El desarrollo del AMR25 está enfilando su última fase, con Adrian Newey sobrevolando ya los nuevos diseños, por lo que ahora solo les queda esperar y cumplir religiosamente con sus obligaciones en las tres citas que quedan. Alonso tirará de su paciencia casi sin fondo mientras Stroll tratará de no hacer mucho más el ridículo y, si puede, auparse hasta el top 10, que no lo tiene tan lejos: llega a Las Vegas con 24 puntos, en decimotercera posición de la general, y tiene a Hulkenberg a tiro, con 31 puntos, en la décima.