El egipcio, que nunca ha derrotado a los blancos, se ve «más fuera que dentro» de un conjunto que vuela a lomos del Faraón
25 nov 2024 . Actualizado a las 17:44 h.El futuro de Mohamed Salah es la única sombra que afecta al espléndido momento por el que atraviesa el Liverpool. Tras nueve campañas bajo la égida de Jürgen Klopp que devolvieron a los Reds a lo más alto con la conquista de una Premier y una Champions, entre otros títulos, la llegada al banquillo del neerlandés Arne Slot ha revitalizado al conjunto británico. Dieciséis victorias en los dieciocho partidos disputados hasta la fecha resumen el poderoso inicio de temporada que ha protagonizado una escuadra que ha impuesto un paso marcial tanto en la Premier como en la Champions. En ese deslumbrante descorche de curso ha desempeñado un papel fundamental la figura del extremo egipcio. Autor de doce goles y diez asistencias, el Faraón es víctima de un maleficio con el Real Madrid que pretende romper tras agitar los temores de su parroquia.
«Estamos casi en diciembre y aún no he recibido ninguna oferta para seguir en el club. Probablemente estoy más fuera que dentro», dijo Salah después de erigirse en el principal artífice de la remontada que logró el domingo el Liverpool en la casa del Southampton. Un doblete del africano sirvió para apagar la rebelión del colista de la Premier, que llegó a ponerse 2-1 pero se hizo el harakiri en la recta final y acabó siendo víctima de la capacidad depredadora del gran astro de los Reds.
Salah lleva tiempo escuchando los cantos de sirena del fútbol saudí y, a sus 32 años, parece inclinarse hacia una salida del club al que llegó hace siete años procedente del Roma. «Es mi último año con el Liverpool. Solo quiero disfrutarlo y no pensar en ello», había señalado ya a inicios del presente curso el egipcio, cuyo contrato expira el próximo verano. Un culebrón que vivió otro episodio tras ese sufrido triunfo sobre el Southampton con unas declaraciones que traslucen el descontento del futbolista hacia la entidad que le paga.
Musulmán practicante, Salah siempre ha estado en el punto de mira de Arabia Saudí, que le tentó hace dos años con una oferta de 200 millones de euros por parte del Al Ittihad que cayó en saco roto. El deseo procedente de los petrodólares no se apacigua, aunque el futbolista mantiene aparcado el asunto mientras lidera la maquinaria ofensiva del Liverpool. «No quiero hablar de eso. Ahora estoy concentrado con el equipo. Soy muy profesional. Todo el mundo puede ver mi ética de trabajo. Solo intento disfrutar de mi fútbol y jugaré al máximo nivel el mayor tiempo posible. Lo hago lo mejor que puedo porque soy así e intento darlo todo por mí y por el club. Veremos qué pasa después», acotó tras alcanzar el domingo las diez dianas en la Premier, solo dos menos que Haaland.
En racha
Los datos tumban cualquier duda acerca de su compromiso. Salah solo se ha quedado sin marcar o asistir en cuatro de los dieciocho partidos que ha disputado con los Reds en lo que va de temporada y es el cuarto futbolista que más contribuciones de gol suma en las cinco grandes ligas, tras Harry Kane, Omar Marmoush y Robert Lewandowski. «Quiero a los aficionados y los aficionados me quieren. Al final no está en mis manos ni en las de los aficionados. Esperemos a ver qué pasa. No me voy a retirar pronto, así que solo estoy jugando, centrándome en la temporada e intentando ganar la Premier League y espero que también la Champions League. Estoy decepcionado, pero ya veremos», argumentó un atacante que el miércoles tratará de sacarse la espina frente al Real Madrid.
Salah se ha medido en ocho ocasiones al conjunto de Chamartín, pero nunca ha sido capaz de tumbarle. Cayó dos veces ante los blancos con el Roma y sucumbió en cinco de los seis enfrentamientos que ha librado con ellos defendiendo la elástica del Liverpool. El empate a cero registrado en la vuelta de cuartos de final de la campaña 2020-2021, baldío toda vez que el Real Madrid se había impuesto previamente por 3-1 en el Santiago Bernabéu, fue el resultado más positivo que cosechó Salah.
Por el camino, dos escenarios especialmente dolorosos para el egipcio: la derrota por 3-1 en la final de la Champions disputada en Kiev que le valió la Decimotercera al Real Madrid y de la que tuvo que retirarse lesionado tras un lance con Sergio Ramos; y el 0-1 que selló la Decimocuarta de los blancos en París después de nueve paradas decisivas de Courtois, seis de ellas en respuesta a disparos de Salah, que volverá a batirse en duelo con el belga este miércoles.