Los de Guardiola suman siete partidos sin ganar condenados por las lesiones, una falta de contundencia defensiva alarmante y la ausencia de relevo para Haaland
03 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.El pasado martes Pep Guardiola se presentó en la sala de prensa del Etihad Stadium con la cabeza llena de arañazos. Tras cinco derrotas consecutivas, el Manchester City había dilapidado, ante el Feyenoord en Champions, una ventaja de 3-0 en el minuto 74. «Con los dedos, con las uñas... quiero hacerme daño». El domingo, para sorpresa de muchos, Guardiola prescindió de dos de sus pesos pesados en la trascendente visita al Liverpool. Sentó al meta Ederson, tantas veces salvador, y al zaguero Gvardiol, retratado por un regalo a Moussa en el primer gol del Feyenoord, y que había cometido dos errores de bulto ante Maddison días antes en la debacle (0-4) ante el Tottenham. «Solamente queríamos cambiar algo», dijo Pep. A los doce minutos, el City ya había encajado.
Esta vez Guardiola no se autolesionó, pero acabó encarándose con la grada de Anfield, que coreó el «You’re getting sacked in the morning» (te van a despedir por la mañana). Nunca antes, desde que dirige en el fútbol profesional, el técnico había afrontado una racha similar. «De Anfield no me lo esperaba», dijo Guardiola para justificar que exhibiera ante la grada seis dedos, en referencia a sus títulos de Premier.
Líder cuando Rodri se rompió
El 22 de septiembre, Rodri Hernández se dañó el ligamento cruzado anterior y el menisco de su rodilla derecha. El City recibía al Arsenal en la quinta jornada de la Premier. Logró un empate agónico (2-2), ante un rival que jugó todo el segundo tiempo con uno menos, gracias a un gol de Stones en el 98, que le mantuvo líder, un punto por encima del Liverpool. Hoy está a once de los de Anfield.
Sin Rodri, Guardiola apostó como pivote por Kovacic. El City ganó por la mínima al Fullham (3-2) y sufrió lo indecible para imponerse de la misma manera a dos equipos en descenso, los Wolves (1-2, gracias, otra vez, a Stones en el descuento) y el colista Southampton (1-0), antes de comenzar, el 30 de octubre en la Copa de la Liga ante el Tottenham (2-1), la funesta racha que le acompaña. «No tenemos ritmo en el medio. No somos buenos en transiciones de 30 o 40 metros», lamentó Guardiola en Liverpool. En estos siete partidos sin ganar, el City ha marcado 7 goles y encajado 19.
La baja de Rodri ha sido clave, pero no es la única relevante que ha condicionado al City. En ese encuentro ante los Spurs, que marcó el inicio del declive del City, se lesionaron John Stones y Rúben Dias, un fijo para Guardiola en defensa, que reapareció este domingo en Anfield.
A la par que Rodri, se rompió De Bruyne. Desde que regresó, no ha superado el cuarto de hora de juego. También Grealish estuvo un mes fuera, cuando atravesaba un gran momento de forma. Eso, sin contar la grave lesión del joven extremo noruego Oscar Bobb, que se fracturó el peroné al final de la pretemporada. A las lesiones hay que sumar el evidente bajón físico que han protagonizado futbolistas muy relevantes en el mecanismo del City como son Bernardo Silva y Foden.
Críticas a la planificación
El día que Rodri se lesionó, Erling Haaland marcó ante el Arsenal su décimo gol en esta Premier. Iban cinco jornadas. Desde entonces, ha hecho dos en ocho partidos. Otra explicación a la crisis. Tras la venta de Julián Álvarez al Atlético, por 70 millones fijos y 15 variables, el City se quedó sin alternativa de nivel para el noruego. Incorporó solo en el mercado estival a Savinho, que todavía no ha estrenado su casillero.
En medio de la crisis, el City renovó a Guardiola. «No estamos en posición de pensar en objetivos», dice. Mañana (20.30 horas, Dazn) visita el Etihad el Nottingham Forest con un punto menos. El City es quinto, fuera de Champions. Algo inédito en las últimas catorce temporadas.