Las Águilas aprovechan el descalabro del Sporting, tras la salida de Amorim, y la irregularidad del Oporto, que vio como su afición pidió el cese de Vítor Bruno
08 dic 2024 . Actualizado a las 18:36 h.Hace apenas mes y medio, la liga portuguesa parecía un pulso reservado en exclusiva para el intratable Sporting de Rúben Amorim y el Oporto que dirige Vítor Bruno. Consumida la décima jornada, el primer fin de semana de noviembre, el Sporting sumaba 30 puntos sobre 30 posibles. Lo había ganado todo y su trayectoria en Champions, clasificado entre los ocho primeros, tenía al cuadro lisboeta en una nube.
Por detrás, el Oporto, que ahora preside André Vilas-Boas con Andoni Zubizarreta como director deportivo, se mantenía a la expectativa con tres puntos menos. Y alejado, a ocho de la cabeza aunque con un partido pendiente, el Benfica semejaba solo un convidado de piedra tras un inicio intermitente.
La semana que transcurrió tras esa décima jornada sería, sin embargo, el punto de inflexión que ha terminado por volcar la liga portuguesa. A principios, el Manchester United confirmó oficialmente el fichaje de Rúben Amorim, que supuso un terremoto en el Sporting, A finales, el Benfica vapuleó al Oporto (4-1) con una goleada para las hemerotecas que abrió el gallego Álvaro Carreras. El impacto estaba dado.
En su primer partido de liga sin Amorim, el Sporting, que pasó a dirigir João Pereira, hasta entonces técnico del filial, cayó (0-1 con el Santa Clara) tras once jornadas consecutivas ganando. Y una después, este pasado viernes, volvió a perder ante el Moreirense (2-1). La depresión de los lisboetas había comenzado con la manita que el Arsenal anotó en el Estádio da Luz (1-5).
Al Oporto le hizo mucho daño el vapuleo del Benfica. Tanto, que este fin de semana, tras no pasar del empate en su visita al Famalicão (1-1), sus aficionados pidieron a gritos el cese de Vítor Bruno. «Lo que hable con el presidente es una cosa entre nosotros. Lo que tuvimos que escuchar fue completamente injusto», señaló el preparador.
Y, en medio de la tempestad ajena, el Benfica, que ha ganado sus últimos ocho partidos ligueros consecutivos, no solo ha recortado la ventaja. Segundo, a dos puntos del Sporting, tiene en ese partido aplazado en octubre a los ocho minutos de juego, por niebla en el campo del Nacional, penúltimo clasificado, y que se completará el 19 de diciembre, la llave para llegar líder al parón navideño.