Rafa Louzán-Salva Gomar: así es la Asamblea de este lunes y estos son sus apoyos para dirigir la Federación Española de Fútbol

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

El barón gallego es el claro favorito para ser elegido presidente de la RFEF, con una única oposición, ya que Sergio Merchán es un aliado

15 dic 2024 . Actualizado a las 21:43 h.

Después de más de un año de desgobierno, con amenaza de intervención incluida de la UEFA y de la FIFA, la Real Federación Española de Fútbol elige este lunes a su nuevo presidente para los próximos cuatro años. Catorce meses de oscuridad, que arrancaron con la sanción a Luis Rubiales por su beso no consentido a la jugadora Jennifer Hermoso, en la celebración del Mundial femenino; y que continuaron con la inhabilitación de Pedro Rocha por extralimitarse en sus funciones cuando presidía la gestora. Un año también marcado por las interferencias políticas y que, pese a las promesas, acabaron por firmar una orden ministerial continuista, en lo relativo a la ordenanza de los procesos electorales de las federaciones deportivas españolas.

¿Quién aspira a ser presidente?

De los seis candidatos inscritos, solo tres consiguieron reunir los avales necesarios (el 15% de los asambleístas). Son tres barones territoriales: Rafael Louzán (Galicia), que recibió la validación de 51 apoyos; Salvador Gomar (Comunidad Valenciana), con 25; y Sergio Merchán (Extremadura), con 23.

¿Cómo es el proceso de elección?

A las doce del mediodía, está previsto que arranque la Asamblea General de la RFEF, en la que los 141 representantes del fútbol español elegirán al nuevo presidente. La votación es secreta y solo vale si se realiza presencialmente (no existe la posibilidad del voto por correo, sino que hay que asistir al acto). Cada miembro depositará en una urna el nombre de su candidato preferido. Al haber tres, se abren dos posibilidades. Si uno de ellos sale en primera ronda con mayoría absoluta (71 votos, si asisten los 141), será proclamado presidente en ese mismo instante. Si no le alcanzase, se eliminaría al último y se procedería a una segunda votación entre los dos con mayor respaldo.

En el rocambolesco supuesto de que se produjera un empate en esa segunda vuelta, habría un receso de una hora y se volvería a votar. Si persistieran las tablas, el presidente se decidiría por sorteo.

¿Quiénes son los que eligen al presidente?

Hay 141 personas con derecho a voto, los elegidos como representantes de los diferentes estamentos del fútbol español. 19 son los presidentes de cada territorial, y luego hay 50 clubes (9 de Primera, 3 de Segunda, 8 de Liga F y 20 no profesionales); 32 futbolistas (13 profesionales y 19 aficionados); 16 entrenadores (6 y 10); y 11 árbitros (4 y 7). El fútbol sala dispone de 12 asambleístas (5 clubes, 4 futbolistas, 2 entrenadores y un árbitro) y el fútbol playa, de otro (un club). El Burela, el Celta, el Deportivo, el Arousa, el Bergantiños, los jugadores Pablo Carabán e Irene Samper y los árbitros Eugenia Gil y Daniel Dacal, además del propio Rafael Louzán, son los representantes del fútbol gallego, que también tendrá a otras caras conocidas como los entrenadores Borja Jiménez e Irene Ferreras.

¿Quién es el favorito para ganar?

Tal y como está montado el sistema de votación en las federaciones deportivas españolas, es muy difícil (o casi imposible) ganar sin estar en el poder o en su entorno. Rubiales dejó a Rocha como heredero y el extremeño manifestó su deseo de que, si él no podía presentarse a la presidencia, fuese Louzán el que diera el paso. El gallego lo dio y, en teoría, tiene el respaldo de gran parte de la maquinaria de la RFEF. Ya se comprobó cuando presentó los 51 avales validados por la junta electoral, más que los otros dos candidatos juntos.

¿Quién apoya a Louzán?

Los árbitros, el fútbol sala y los jugadores internacionales siempre van con el favorito a ganar, que ahora mismo es Louzán. También muchas de las federaciones territoriales (14 de 19) le prometieron su apoyo, principalmente Murcia (Monje Carrillo), Cataluña (Joan Soteras), Navarra (Rafael del Amo), La Rioja (Jacinto Alonso) y la propia Extremadura, ya que no sería descartable que el candidato Sergio Merchán acabase en su directiva. Además, tiene el respaldo de casi todos los clubes profesionales, con Javier Tebas saliendo incluso en su defensa. El papel de AFE es una incógnita, aunque en los últimos años ha estado muy próxima a la directiva.

Louzán les aporta estabilidad, pues hasta ha llegado a un acuerdo con el díscolo Miguel Galán para pacificar el fútbol, y su capacidad de gestión en Galicia.

Las extrañas alianzas del barón valenciano

El único rival de Rafael Louzán es Salvador Gomar.

¿Qué juega a favor de Salva Gomar?

Gomar, además de los representantes valencianos, tiene los apoyos de algunas federaciones como Castilla-La Mancha, que tiene el sambenito de apoyar siempre al perdedor (a Gerardo González contra Villar, a Larrea ante Rubiales...); además de Baleares y Andalucía (con presidente socialista). También, aunque a Gomar se le relaciona con Rubiales (invitado en su boda en el 2019), recoge los apoyos de los discrepantes con el sistema, como las federaciones vascas. También el Villarreal, como díscolo en la Liga, le dio su aval; y los clubes no profesionales de Cataluña (opositores a Soteras). Está por ver si Madrid, Canarias y Castilla y León también se dejan enredar.

A mayores, en principio, tiene a su favor al Gobierno que, aunque no vota, trata de influir en los resultados, como reconoció el propio Uribes en una entrevista en ABC. Louzán, exdirigente del PP, no está bien visto por el CSD, que incluso lo amenazó con pedir su inhabilitación si seguía adelante con su candidatura. El punto a atacar fue una condena por siete años de inhabilitación, pendiente de resolución firme en el Tribunal Supremo a partir del 5 de febrero.

¿Puede ser inhabilitado?

Solo los candidatos podían impugnar la candidatura de Louzán ante el TAD y ninguno lo hizo (el CSD contaba con que lo hiciera Galán). Ahora, amenaza con denunciarle si sale presidente, pero parece difícil que encuentre un encaje para hacerlo mientras el Supremo no dictamine. Y aunque el fallo fuera desfavorable para él, luego habría que discutir si la inhabilitación para cargo público incluye la Federación, que es una institución privada con funciones públicas delegadas.