El Real Madrid persigue ante el Pachuca su cuarto título en esta competición resucitada, lo que convertiría al italiano en el técnico más laureado en la historia del club de Chamartín
17 dic 2024 . Actualizado a las 21:14 h.Veinte años después de que el Oporto se convirtiese en el último campeón de un torneo cuyo palmarés había estrenado precisamente el Real Madrid superando a Peñarol en 1960, pero que desapareció del calendario para abrir paso a un Mundial de Clubes que la FIFA acaba de remodelar de cara al 2025, los de Chamartín aspiran a conquistar este miércoles frente al Pachuca (18.00 horas, Telecinco) la cuarta Copa Intercontinental de su historia, a mayor gloria de Carlo Ancelotti.
Frente a otro club de rancio abolengo que atesora siete ligas mexicanas, seis Copas de Campeones de la Concacaf y una Copa Sudamericana en sus vitrinas, el quince veces rey de Europa y octacampeón del mundo, dado que en su haber relucen también cinco Mundiales de Clubes, persigue un nuevo entorchado que convertiría a Carletto en el técnico más laureado de su historia. La leyenda que Ancelotti comenzó a labrar en 2014 camina ya por los catorce trofeos, los mismos que abrochó Miguel Muñoz y que, hasta la llegada del técnico de Reggiolo, mantenían al mítico preparador madrileño como el entrenador más exitoso de cuantos han dirigido al Real Madrid. Su última pica la puso el transalpino el pasado 14 de agosto en Varsovia, donde su equipo alzó la Supercopa de Europa tras doblegar al Atalanta. Aquel día igualaron sus balances dos tótems del madridismo. En Doha, el hombre de la ceja puede quedarse solo en la cima.
Para ello, Ancelotti deberá saldar una cuenta pendiente. Perdió la única Copa Intercontinental que había afrontado como entrenador, puesto que su Milan cayó ante el Boca Juniors en la tanda de penaltis que resolvió la justa del 2003. Un año después, el certamen bajaba el telón y Carletto se quedaba sin inscribir su nombre en uno de los escasos títulos que se le han resistido durante su aclamada carrera en los banquillos. Sí le echó el lazo como futbolista, ya que ganó las ediciones de 1989 y 1990 en el Estadio Nacional de Tokio a bordo del Milan de Arrigo Sacchi.
A más de ocho mil kilómetros de distancia de la capital nipona tratará de apuntarse una nueva muesca Ancelotti, guiando a la victoria a un equipo que puede deshacer el empate en la cúspide de la Copa Intercontinental que el Real Madrid mantiene con el Peñarol, el Milan, el Boca Juniors y el Nacional. La corona, además, serviría para que los blancos rematasen un año histórico en el que amarraron la Supercopa de España, la Liga, la Champions y la Supercopa de Europa, siendo la Copa del Rey su único lunar hasta la fecha.
Parte como claro favorito el Real Madrid, dubitativo en la Liga y en la Champions, pero muy por encima del Pachuca en todos los aspectos que envuelven al duelo salvo en lo tocante a la ilusión, máxima por parte de los Tuzos y más contenida en el caso de una escuadra que ha convertido las finales en su pan de cada día. Pesa a favor de los blancos la experiencia en estas lides y, sobre todo, la abrumadora superioridad de una plantilla valorada en 1.360 millones de euros, frente a los 48,40 en que la web especializada Transfermarkt tasa al plantel del Pachuca.
Intentará hacer valer esa preeminencia el Real Madrid, que llega a la cita con la duda de la presencia en el once de Mbappé. Una semana después de caer lesionado ante el Atalanta, el crac de Bondy se siente preparado para sumar en un pleito que se librará en el mismo escenario en el que anotó un triplete en la final del Mundial de Catar que resultó, sin embargo, insuficiente para que Francia derrotase a Argentina. «Si no hay riesgo, va a jugar», dijo Carletto, que comparece con un bloque diezmado por las lesiones en la retaguardia, pero pletórico de efectivos en ataque.
Un sueño
Frenar a semejante batallón es el desafío que asume el Pachuca en el partido más trascendente en sus 136 años de historia. Fundado por mineros ingleses en 1892, diez años antes que el Real Madrid, el club afincado en el estado de Hidalgo pertenece al mismo grupo que es dueño del Oviedo y finalizó tercero en el Mundialito disputado en el 2017, que ganó el Real Madrid. También estará presente en el nuevo Mundial de Clubes que acogerá Estados Unidos el próximo verano y en el que ha quedado encuadrado en el mismo grupo que los blancos, el Salzburgo y el Al-Hilal. A la presente edición de la Copa Intercontinental llegó como campeón de la Concacaf y para alcanzar la final contra el Real Madrid doblegó primero a Botafogo en el Derbi de las Américas y conquistó después la Copa Challenger superando al Al-Ahly en la tanda de penaltis.
El uruguayo Guillermo Almada dirige a un equipo que alzó su primera liga mexicana en 1999, de la mano de Javier Aguirre, y la última en el 2022, bajo la égida de su actual técnico. Sobresalen en su plantilla los nombres de Salomón Rondón, delantero venezolano que desfiló por el Las Palmas y Málaga; de Oussama Idrissi, extremo marroquí que pasó de puntillas por las filas de Sevilla y Cádiz; y de Borja Bastón, punta forjado en la cantera del Atlético que vistió los colores de Murcia, Huesca, Deportivo, Zaragoza, Eibar, Málaga, Alavés, Leganés y Oviedo, entre otros equipos.
Alineaciones probables
Real Madrid: Courtois, Lucas Vázquez, Tchouaméni, Rüdiger, Fran García, Valverde, Camavinga, Rodrygo, Bellingham, Vinicius y Mbappé.
Pachuca: Moreno, Luis Rodríguez, Cabal, Micolta, Bryan González, Montiel, Pedraza, Deossa, Bautista, Idrissi y Salomón Rondón.
Árbitro: Jesús Valenzuela (Venezuela).