La efectividad ofensiva de Badio, Jones y Costello resultó decisiva en un partido que los coruñeses afrontaron con muchas bajas
05 ene 2025 . Actualizado a las 20:28 h.Cuando afrontas un partido sin cinco de tus jugadores —cuatro en realidad porque Figueroa ya abandonó el club— por lesión o enfermedad (Lima, Scrubb, Hernández y Jakovics), y tienes que recurrir a tres imberbes (uno de ellos, Omar, titular) para completar la convocatoria, no te queda otra que tirar de ingenio para igualar las oportunidades de partido. Pero si enfrente está el colíder de la Liga Endesa, con un encuentro menos disputado, el Valencia, la cosa se complica más aún y ahí tienes, no ya que reinventarte, sino también estar acertado no, lo siguiente. Y así le pasó al Leyma que perdió (91-99), pese a superarse a sí mismo durante muchos minutos. Este resultado, unido a la inesperada victoria del Breogán en Andorra lo sitúa por primera vez en la temporada en puestos de descenso.
Pese a las bajas, el Leyma tenía estudiado el partido. Un mes atrás, había tenido un ensayo fallido de lo que podía ser el encuentro de esta jornada. Visitó el Coliseum el Baxi Manresa, con Diego Ocampo en el banquillo. El discípulo aventajado de Pedro Martínez, veterano técnico del Valencia. En aquella ocasión, el equipo coruñés no pudo con las rápidas transiciones, posesiones cortas y francotiradores inagotables. Contra el conjunto taronja vivió lo mismo, pero supo sufrir en la pista, con momentos de defensa de dos contra uno, compañeros siempre dispuestos a hacer la cobertura y un acierto muy bueno en todas las líneas.
Alternativas en el marcador
Con estas premisas, se desarrollaron los dos primeros cuartos, con alternativas en el marcador, cinco arriba uno, seis otro… Pero sin que el Leyma le perdiera la cara al partido en ningún momento. Hasta el último segundo, en el que un triple de Badio ponía tres por delante al Valencia. En el tercer cuarto, como otras tantas ocasiones, el equipo de Epi salió como con miedo. No fue el que tan buen partido estaba realizando hasta el momento. El entrenador siguió haciendo modificaciones, pero el Valencia iba ampliando poco a poco la distancia. Hasta que a 4.05 para el final alcanzó su máxima ventaja en el marcador 54-69. Y dentro de ese carrusel de cambios, en el que incluso Lundqvist tuvo que jugar muchos minutos de base para dar descanso a Taylor, llegó el momento del sueco. Comenzó una exhibición tanto defensiva como ofensiva que provocó un parcial de 16-3, de forma que condujo a su equipo al cuarto decisivo solo con dos por detrás. Pero el parcial aún se incrementaría en dos puntos al iniciarse el último período, poniendo el empate a 72 en el electrónico.
Comenzaba un nuevo partido. Abierto. Ya sin el favoritismo del Valencia, porque el Coliseum jugaba su papel. Y llegó, de nuevo, el intercambio de golpes. Ese que tanto le gusta a Pedro Martínez y que en esta ocasión no rehuyó Diego Epifanio. Pero el cansancio, por un lado, las dudosas decisiones arbitrales por otro y el acierto de Badio (17 puntos), Jones (18) y Costello (21) situaron el partido a favor del conjunto visitante en un último cuarto reñido, pero en el que imperó el mayor y mejor banquillo taronja. Así, en un quiero y no puedo se llegó al final, con el Leyma agarrándose a la esperanza de un Coliseum que no fue suficiente para obrar el milagro y se quedó sin victoria y, lo que es peor, en puestos de descenso.