El espectáculo de Laporta en Yeda puede costarle una sanción de la federación

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO ENVIADO ESPECIAL / YEDA

DEPORTES

Alberto Estevez | EFE

La RFEF estudia expedientarlo si no se disculpa por su postura agresiva tras insultar a varios directivos y no retoma el respeto institucional

09 ene 2025 . Actualizado a las 19:50 h.

El espectáculo de Joan Laporta en Yeda después de que se conociese que el Consejo Superior de Deportes concedía la suspensión cautelarísima para que Dani Olmo pueda jugar de forma provisional puede costarle caro. El presidente del Barcelona perdió los papeles en el estadio Rey Abdullah de Yeda, en plena Supercopa, para celebrar una victoria pírrica contra las tesis de la Liga y la Real Federación Española de Fútbol, cuya comisión de seguimiento había determinado que el internacional español culé y Pau Víctor no podían jugar.

Ahora, dentro de la RFEF se estudia la posibilidad de que se le abra un expediente que pudiera derivar en una sanción. Entienden que los hechos —corte de mangas, insultos reiterados y actitud agresiva— se produjeron durante una competición que organiza la federación, por lo que revisan los diferentes reglamentos que podrían dar encaje normativo a la apertura de un expediente y un posible castigo.

El nuevo frente abierto por Laporta supone un contratiempo para Louzán, que había conseguido el respaldo del Barcelona y de los avalistas catalanes a su candidatura. Además, el dirigente gallego pretende impulsar un mandato basado en consensos y no en conflictos, para «pacificar el fútbol español», tal como indicó a La Voz unos días antes de su elección como presidente. Dentro de la RFEF esperan que Laporta, ya en frío, se disculpe por los insultos vertidos el miércoles antes del Barcelona-Athletic y que retome el clima de respeto institucional anterior.

El espectáculo de Laporta se desarrolló en tres actos, tal como explican testigos presenciales, que le achacan un excesivo estado de excitación. Como captaron varias cámaras, primero,celebró la noticia de la resolución del CSD a favor de sus intereses con un corte de mangas y los primeros exabruptos, ya en el estadio Rey Abdullah, pero el tema no pasó a más. A continuación, y ya en el palco, comenzó a proferir insultos, explícitamente dirigidos a la Federación, con alrededor de una docena de directivos presentes en el espacio más exclusivo del estadio. Fue entonces cuando golpeó sillones y tildó de «cobardes», «sinvergüenzas» y otros insultos a las personas próximas. Por último, cuando Louzán llegó al palco —pues no estaba allí durante el anterior brote del presidente barcelonista— y ambos se saludaron, mantuvo una postura entre desafiante y tensa, para escenificar su enfado con el presidente de la RFEF.

Louzán trató de que la situación se calmase, extrañado por el cambio de actitud de Laporta, que solo unos días antes, y ya después de que la Federación rechazase la inscripción de Olmo y Pau Víctor, había mantenido una conversación telefónica amistosa con él, el mismo tono que marcó sus relaciones siempre.

El presidente del Barcelona no fue el único que mostró una actitud violenta en el palco de Yeda. Testigos presenciales amplían ese comportamiento a gran parte de la representación culé, salvando, como excepciones, a unos educados Deco y Bojan Krkic.

La pelota queda ahora en el tejado de Laporta. El domingo se celebra la final.