Emilly Marcondes, mejor jugadora del mundo de fútbol sala: «Me cambié de colegio porque me decían que el fútbol no era para chicas»

DEPORTES

Se fue de casa con 14 años para perseguir su sueño y hoy es una estrella que colecciona títulos con el Burela FS y la selección de Brasil

27 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Emilly Micaela Marcondes (Paranaguá, Brasil, 1994) defiende, regatea y golpea la pelota con violencia y precisión con sus dos piernas. Con 14 años dejó a su familia por el sueño de vivir del fútbol sala y hoy colecciona títulos con un implacable ritmo goleador en el Burela FS y la selección canarinha. Tras ser la MVP de la Primera Iberdrola los dos últimos cursos, los Jako Futsal Awards la reconocieron la mejor del mundo en el 2024.

—¿Qué significa para usted que la hayan nombrado mejor jugadora del mundo?

—Aun no lo he digerido del todo, no acabo de creérmelo. Es algo mágico, con lo que sueña todo deportista, pero la verdad es que nunca me había planteado conseguir algo así. Siento emoción y felicidad, pero tengo los pies en el suelo y sé que voy a seguir trabajando.

—¿De quién se acordó al lograrlo?

—Hay mucha gente, principalmente mi familia, pero también muchos entrenadores y toda la gente que nos rodea, hasta nutricionistas y todos los que confiaron en mí. Salí de casa con 14 años y tengo 30, es un trabajo de muchos años, pasó mucha gente por mi vida, mala y buena. Aprendí de mucha gente, no diría a nadie en concreto, pero mi familia es la base de todo.

—¿Le llegó alguna felicitación que la emocionase especialmente?

—Me llegó un audio muy bonito de mi primer entrenador, estaba más emocionado que yo y que mi familia. Fue una persona que siempre le dijo a mi madre que me dejase ir para que no acabase trabajando en un sitio que no quería. En casa vivía una realidad dura y él me sacó de un lugar que no era tan agradable. Otra persona que te diría es mi abuela, que es una referencia, pero no maneja bien los móviles, así que no tuvimos ese contacto.

—¿Cómo es el premio?

—No lo sé. Como es la primera vez yo también tengo muchas preguntas. He visto que dan una placa de Futsal Planet a los ganadores y a mí no me dijeron nada, solo publicaron esa página donde me nombran ganadora.

—¿Y ha notado una mayor repercusión? ¿Tiene más patrocinadores o seguidores?

—Sí, en redes sociales me ha empezado a seguir mucha gente. Lo que más me ha impresionado es que en mi ciudad, en Brasil, están preparando algo grande. Todavía no puedo contarlo, pero es un sueño para mí. Me ha dado un impulso en muchas cosas.

—¿Cómo se describe la mejor futbolista del mundo?

—Soy simple, me gustan las cosas simples. También soy competitiva, aunque no creo que la que más, seguramente no sea algo que las compañeras digan de mí, pero me enfado mucho cuando pierdo. Sé que solo me sobra trabajo y tengo mucha resiliencia como persona.

—La pregunta del millón es si es zurda o diestra...

—Soy diestra, muy diestra. Si me pones un balón para manejarlo lo haría con la derecha. De pequeña tiraba mucho con la zurda, aunque me caía a veces. Hoy, gracias a la consistencia, consigo manejar la zurda también.

—¿Siente que aún tiene margen de mejora?

—Sinceramente espero tener mejoras técnicas. Creo que aun puedo aprender muchísimo de mis compañeras, tengo ese hambre. Pasen las personas que pasen, trataré de coger de ellas lo mejor posible. Los números lo dirán, pero el trabajo no va a faltar.

—¿Cómo es su relación con las jugadoras rivales? ¿Le pegan mucho o la insultan para frenarla?

—De momento nunca nadie ha intentado insultarme o provocarme en la pista. Soy una persona supertranquila. Intentan venir fuerte conmigo a los choques, pero lo veo normal, esto es un deporte de contacto. Nunca me ha pasado nada malo, las compañeras de la liga me respetan.

—¿Y desde la grada?

—De pequeña sí, pero aquí, en la liga española nunca. A veces me dicen que me van a fichar, pero nada malo.

—¿Cómo fueron sus inicios?

—Mi madre dice que empecé a caminar y empecé a jugar al fútbol. Tenía un campo de fútbol playa al lado de casa y desde los seis años jugué ahí con los chicos. En la escuela pasé cosas malas, había prejuicios, me decían que el fútbol no era para chicas. Tuve que cambiar de colegio incluso por eso, pero seguí adelante porque tenía claro que quería llegar a ser profesional. Todos los que llegan a profesionales en cualquier modalidad del fútbol han sufrido sus cosas, yo lo confronté creo que de la mejor manera con el apoyo de mis familiares.

—Encima le tocaría jugar contra chicos muchas veces...

—Desde que empecé a caminar hasta los 14 años que salí de casa siempre jugué entre chicos. Creo que es algo supernormal en todas las futbolistas.

—¿Qué tal llevaban que los regatease?

—Mis amigos me querían fichar, pero algunos cuando los regateaba decían palabrotas, se enfadaban. Después de darme el premio, uno de ellos me habló por redes sociales y me dijo si me acordaba de una vez que le hice un caño... Son momentos de la infancia que no se olvidan.

XAIME RAMALLAL

«Pasé muchas dificultades que mi familia no supo, también en cuestiones financieras»

Su enorme talento futbolístico hizo emerger a Emilly Marcondes desde unos humildes orígenes.

—¿Cómo fue tomar la decisión de irse de casa con 14 años?

—Con 11 años me vieron jugando en la escuela y me llamaron para jugar por mi ciudad. Así empecé a jugar al fútbol sala. Y con 14 años me llamaron para irme a jugar a siete horas de mi casa —en Telemaco Borba—. Mi madre no estaba muy de acuerdo, pero mi primer entrenador le dijo que, si no dejaba que su niña soñase, llegaría un empresario que la pondría a trabajar de algo que no sea agradable para ella. Me dejó porque tenía confianza en mi entrenador.

—¿Fue duro?

—En mi casa nadie tenía coche, y en autobús el viaje era de unas diez horas casi, entonces fue bastante duro. Mis cuatro primeros años no recibía nada más que una beca de estudios, que es de valorar mucho porque no todos los clubes te pueden dar unas condiciones profesionales. Pasé muchas dificultades que mi familia no supo, también en cuestiones financieras, porque no le pedía nada a mi familia, que no tenían ni para ellos. Mi profesor, Anderson, estuvo ahí para todo lo que necesitaba y fui terminando mis estudios, para tener otra profesión si el fútbol sala no prosiguiese.

—¿Cuándo empieza a ganar dinero?

—A los 19 o 20 años. Antes me daban algo, pero no podía pagarme mi casa y mis gastos, al contrario.

—¿Le costó dar el paso de venir a España?

—No, en ese momento ya llevaba más de diez años fuera de casa. Esa vida fuera de casa desde los 14 me enseñó a sobrevivir, a ser independiente. Sabía que por dura que fuese la realidad, en casa era peor. Lo poco que ganase ayudaba mucho a mi familia.

«Pienso seguir igual: entrenar, ganar títulos y ayudar a mis compañeras»

El próximo fin de semana del 1 y 2 de febrero podrá estirar su cuenta de títulos con el Burela en la Supercopa de Móstoles.

—¿Qué objetivos deportivos se propone ahora?

—Pienso seguir igual. Entrenar, seguir ganando títulos, ayudar también a mis compañeras. Y también me gustaría iniciar un proyecto social en mi ciudad para ayudar a otros niños y niñas que tienen puertas cerradas, como podía tenerlas yo. Pero ahora mismo pienso en ganar más títulos.

—En una semana afrontan la Supercopa.

—Sí, tenemos muchas ganas. En semifinales —contra el Melilla— tenemos a un rival muy respetado en España, que viene en un crecimiento de plantilla muy bueno, más maduro, son chicas de selección. Va a ser muy difícil, pero el Burela está acostumbrado a estar ahí y va a pelear, como siempre.

—¿Cómo viven en la plantilla la situación tras la pérdida de Pescados Rubén como patrocinador?

—Es difícil hablar de ello, la directiva tiene que dar tranquilidad, pero tampoco se puede normalizar la situación. Es delicada. Ahora mismo queremos pensar en la Supercopa, pero tampoco se puede normalizar la situación. Hay muchas conversaciones, y sin ello sería más difícil llevarlo, pero trataremos de darlo todo en la Supercopa y seguir adelante porque sabemos que el Burela no se hizo de la noche al día, fue bastante duro crear un proyecto como este. Entendemos la situación de urgencia, pero tampoco la podemos normalizar.

«Entendemos la situación de urgencia (por la pérdida del patrocinador del Burela FS), pero tampoco podemos normalizar la situación»

XAIME RAMALLAL

«La Copa del Mundo viene para dar el 'up' que necesita el fútbol sala femenino»

El esperado Mundial que se celebrará entre noviembre y diciembre es uno de los grandes objetivos de la estrella naranja.

—Supongo que también pensará ya en el Mundial que se celebrará a finales de año en Filipinas.

—En Brasil tenemos mucha presión por ganar ese título por todo lo que representamos. Brasil es una selección que siempre está en las finales. España y Portugal también son equipos muy fuertes y seguramente también tengan su presión, pero esperamos ganar porque sabemos que tenemos un nivel de admirar. Tenemos jugadoras de mucha calidad, aunque no podemos dejar de respetar a los adversarios. España y Portugal están luchando bastante firmes y fuertes, y tienen un calendario de admirar, mientras que nosotras hacemos muy pocas convocatorias.

—Muchas de las jugadoras de la selección brasileña están en España. ¿Eso les permite saber mejor qué encontrarán en el Mundial?

—Conocemos el estilo de juego de España, pero también hay muchas brasileñas en Italia... Solo espero que sea una Copa del Mundo que todos disfruten y que a la final lleguen los equipos que mejor representan el fútbol sala.

—Va a ser la primera edición de un Mundial femenino. ¿Ve avances reales en el fútbol sala femenino?

—Todavía no podemos decir que el fútbol sala esté en otro nivel, pero creo que la Copa del Mundo viene para darnos ese up. Esperamos que la gente nos apoye, que desde fuera vean que somos un producto que tiene un mérito muy grande por estar en la Copa del Mundo, por toda la representitividad que tenemos de España, de Portugal, de las grandes ligas... Por todo el dinero invertido. Espero que sea un bum, algo grande, que las selecciones lleguen con mucho trabajo. Hay muchas chicas con calidad, que llevan el fútbol sala en vena, que lo quieren como un plato de comida, y espero que seamos apoyadas por muchísima gente.

En corto: «Amandinha es una crac, para los brasileños es una reina del fútbol sala»

La tranquilidad en su entorno es uno de los bienes más valorados por una Emilly que es puro rock & roll en la cancha.

—¿Cuál es su rutina al margen del fútbol sala?

—Me gusta mucho tomarme un café tranquilamente, sin desespero, dándome mi tiempo, y los días de partido cojo mi ordenador y desconecto. Días antes sí que veo vídeos para estudiar situaciones, pero el propio día del partido no, me tomo mi café, hago mis deberes tranquilamente, concentrada para el partido, eso sí.

—¿Deberes de qué? ¿Qué estudia?

—Estoy estudiando Educación Física online. Cuando tuve la oportunidad en Brasil me formé en Administración y para mí es uno de los mayores títulos que tengo.

—¿Qué música escucha?

—En los viajes me gusta mucho escuchar música, no particularmente ninguna canción, pero cosas tranquilas.

—¿Algún artista o género en particular?

—No, variada, pero que sea tranquila. No me gusta el «bum, bum, bum».

—¿Y los fines de semana, qué le gusta hacer aparte del partido?

—Los domingos son sagrados. Me gusta no hacer nada. Nada de dejarme la piel en el gimnasio. Los domingos son para ver una película, tomar un café tranquilo, dormir bien... Y mis proyecto, hacer números en el ordenador.

—¿Es muy especial para la comida?

—Me gusta mucho por la mañana la tostada con aguacate, huevos, jamón, frutos secos. Un café con leche y ya está. Nada más concreto.

—¿Qué echa de menos de Brasil?

—El verano. Me gusta muchísimo el verano. Me gusta mucho Burela, pero aquí hace mucho frío y cuando me voy vacaciones aquí es verano y allí hace frío. Es un contratiempo que me viene un poco mal (ríe).

—¿Se considera ahora una referencia en el fútbol sala?

—He recibido bastante cariño de muchas madres y padres. Me ilusiona mucho porque seguramente mis padres también vieron que yo tenía esa cosa diferente, que iba a ser una jugadora. En mi corazón llevo muchos mensajes de cariño de niños a través de los padres. Los niños son nuestro futuro y es muy importante que tengan referentes, no solo dentro de la pista. Sacar una foto con ellos o hablar un ratito me hace ilusión.

—¿Tiene algún ídolo?

—Fuera del campo, mi abuela. Crecí con ella, me crio. Y en el fútbol sala, Amandinha. Es un referente mundial enorme, en Brasil el triple. Es una crac, para nosotros es una reina del fútbol sala. Fue elegida ocho veces mejor jugadora del mundo. No son ni una, ni dos, ni tres... Es un orgullo que sea brasileña.

—¿Cómo es compartir pista con ella?

—Compartir equipo con ella es un favor, pero contra ella es muy complicado. Es una persona que piensa mucho antes de ejecutar, es un genio, una típica líder y siempre hace cosas distintas, por eso ha sido ocho veces la mejor del mundo.

—Pero usted siempre le ha ganado a su Melilla con el Burela.

—Ojalá sigamos ganándole, pero son enfrentamientos muy duros, de los que la gente se para a ver. Lo más importante es eso, dar entretenimiento para la gente de fuera.

—¿Considera a su Melilla un rival más fuerte que el Futsi ahora?

—Sí. No sé si más fuerte que Futsi, pero es un Melilla mucho más maduro que otras temporadas.