La gran mentira del fútbol femenino

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

27 ene 2025 . Actualizado a las 13:41 h.

Semifinales de la Supercopa con poco más de mil espectadores en las gradas de un estadio con tan poco glamur como Butarque (Leganés), que ni tan siquiera se llena con un Barcelona-Real Madrid. Partidos de la Liga F en los que se escuchan a las propias futbolistas animarse. ¿Qué pasa con el fútbol femenino en España, que ni ganando un Mundial atrae al aficionado? La propia Aitana Bonmatí, la supercrac que acapara todos los premios individuales, lo alertaba hace unos meses: «Tenemos la sensación de que nos estancamos. Y hace años que pedimos cambios que no llegan».

La estrella del Barcelona da en el clavo en uno de los factores. Muchos clubes tienen sección femenina porque eso es lo correcto. Pero no por convicción. Con sus gestos, el propio presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, transmite que se avergüenza de las suyas. ¿Para qué ir al palco a verlas o bajar al vestuario a animarlas, como hace con los hombres? Ni siquiera fue a la final de Butarque, a veinte minutos de su casa, habiendo jugado los hombres el sábado. Al baloncesto, cuando hay un título en juego, ni duda en ir.

Mariscal | EFE

También la federación podría hacer más, con unos premios económicos ridículos, en comparación con cualquier competición masculina. ¿Se imaginan que el VAR falla en la Supercopa de hombres de Arabia? El problema no es que dejase de funcionar en la femenina, es que todos sabemos que se trata de algo que nunca pasaría en la masculina.

Las propias jugadoras de referencia podrían hacer más por su deporte. Crearse burbujas de diosas intocables, copiadas de los divos del fútbol masculino, tampoco suma. Ni permitir que los clubes fiscalicen e impidan que sean entrevistadas por los medios, cuando el fútbol femenino suplica más visibilidad. Hacen falta más partidos en abierto.

La gran mentira del fútbol femenino: creer que con dejarlas jugar es suficiente.