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Marc Márquez controla la presión y arrasa en su primer gran premio de rojo Ducati

Jesús Gutiérrez COLPISA

DEPORTES

Álex (izquierda) y Marc Márquez celebran el doblete cosechado en Tailandia
Álex (izquierda) y Marc Márquez celebran el doblete cosechado en Tailandia RUNGROJ YONGRIT | EFE

Fin de semana perfecto para el líder del Mundial, que celebró la victoria en Tailandia con su hermano Álex segundo y con Bagnaia tercero

02 mar 2025 . Actualizado a las 18:33 h.

Pole y esprint el sábado, vuelta rápida y victoria en la carrera del domingo. Así fue el estreno perfecto de Marc Márquez en el año de su redención. El piloto de Cervera solo había ganado una vez en la cita inaugural de la temporada, en el mágico 2014, año en el que enlazó diez victorias consecutivas de partida. Entonces, en su segunda temporada en motoGP, era casi un recién llegado a la categoría reina. Hoy es el piloto más veterano de la actual parrilla y sueña con volver a conquistar el título seis años después. Una larga travesía en el desierto que empezó con aquella caída de Jerez en el 2020 y que con este impecable Gran Premio de Tailandia puede haber sido el inicio del fin.

Desde que puso un pie en el circuito de Buriram el español había marcado un ritmo inalcanzable y este domingo volvió a refrendarlo, aunque con más problemas de los previstos. Había trazado una estrategia que consistía en hacer una salida perfecta, apretar las primeras vueltas previendo la reacción de Pecco Bagnaia en ese tramo inicial de la carrera y luego dejarse llevar para gestionar su ventaja. Estaba cumpliendo ese guion a la perfección, sin fallar en la salida y situando a su hermano Álex entre él y su compañero de equipo. Sin embargo, durante la sexta vuelta de las 26 de carrera, Marc dejó de acelerar por un momento a la salida de una curva, miró hacia atrás y cedió el liderato a su hermano. Parecía que había tenido algún problema técnico, pero después explicó la causa real de ese extraño movimiento. «Estaba viendo que la presión del neumático delantero no bajaba y, aunque estaba cambiando el estilo de pilotaje, no entraba en el rango y me iban a penalizar. He ido toda la carrera detrás de Álex y he visto que empezaba a estar en la presión correcta. Cuando quedaban tres vueltas, sabiendo que ya había cumplido, he atacado y he abierto el hueco», desvelaba Marc Márquez. Por reglamento, hay un rango de presión mínima del neumático delantero impuesto por Michelin que hay que mantener al menos durante el 60% de las vueltas de carreras. Márquez había optado por una presión baja, pensando que el calor de la pista (más de 50 grados de temperatura en el asfalto) la mantendría más elevada, pero cuando vio que estaba por debajo del límite, se puso a rueda de su hermano. El calor que desprendía la moto de Álex hizo subir la presión del neumático delantero automáticamente y evitar la penalización. ¿Márquez podía haberse escapado? Sí, pero habría sido sancionado después.

Podio histórico

Después de mantenerse a rueda de Álex el tiempo necesario, Marc atacó a tres vueltas del final y se escapó con relativa facilidad para celebrar su primera victoria vestido de rojo oficial Ducati. Un día especial por muchas cosas, pero sobre todo porque le acompañó en el podio su hermano, después de contener a Bagnaia en las últimas vueltas cuando apenas le quedaba goma en el neumático trasero. Marc y Álex ya habían compartido un podio de domingo el año pasado en Alemania, cuando fueron segundo y tercero, respectivamente. Pero este doblete perfecto nunca se había dado entre hermanos en la categoría reina del Mundial. «Este podio está en el top 1 de mi vida. Para mí la familia es lo más importante y he sentido una felicidad inmensa porque en el motociclismo no hay nada más allá que motoGP», comentaba Marc visiblemente emocionado. Fue gran premio muy especial para el de Cervera, con el que daba un golpe en la mesa en su aspiración por volver a ser campeón. No solo por sumar los 37 puntos posibles del fin de semana, sino también porque infligió una contundente derrota a Bagnaia, el capo del box de Ducati hasta la llegada del nuevo gallo del corral. La marca italiana volvió a dominar en Tailandia, copando las cuatro primeras posiciones con la cuarta plaza de Franco Morbidelli. El rookie Ai Ogura confirmó que ha caído con buen pie en MotoGP, con un quinto lugar siendo la primera moto no Ducati y superando a su compañero en el equipo oficial de Aprilia, Marco Bezzecchi. La caída de Joan Mir cuando rodaba séptimo empañó un gran fin de semana del mallorquín, que ya ve la luz con la Honda, ratificado por la séptima plaza de su compañero de fábrica, Johann Zarco. Brad Binder fue la primera KTM, octavo, y Jack Miller con la Yamaha terminó undécimo, a una posición de haber visto las cinco marcas en el top 10. Mal estreno para Pedro Acosta, que se fue al suelo en el inicio de carrera y, aunque reemprendió la marcha, acabó 19º y fuera de los puntos.

Moto2

En moto2 solo una victoria adornaba el palmarés del Manu González antes del Gran Premio de Tailandia. Había sido en el circuito de Motegi, en Japón, la temporada pasada, en una carrera marcada por la lluvia en la que el piloto madrileño arriesgó con neumáticos slicks y le salió perfecta la apuesta, ya que dejó de llover y acabó remontando hasta llegar a la primera posición. Fue una victoria inolvidable, porque la primera nunca se olvida, pero con esa fortuna y la consecuencia de una apuesta que le salió bien. Por eso, cuando el piloto madrileño triunfaba este domingo en Tailandia lo celebraba como si nunca hubiera ganado: «Para mí es como si fuera mi primera victoria real, porque es en seco y sin el componente de la suerte. Va a ser un fin de semana para recordar toda mi vida». Y es que Manu González fue el claro dominador de la cita inaugural del Mundial de moto2, pese a empezar con una caída en los entrenamientos del viernes. Ya el sábado se hizo con la pole y en la carrera fue superior y solo encontró oposición en las primeras vueltas, cuando un combativo Celestino Vietti le disputó la primera posición. El italiano no pudo seguir el ritmo del líder y acabó por lo suelos cuando trataba de defender la segunda posición con el australiano Senna Agius. Un incidente que se saldó con sanción de vuelta larga para este último, que pese a todo, pudo acabar en el podio. Mientras Manu González se escapaba por delante, a Arón Canet le condicionaba una mala salida desde la primera fila. El valenciano, señalado por todos como el favorito de moto2, perdió muchas posiciones en la arrancada y tuvo que ponerse el mono de trabajo en esas primeras vueltas. Tras el incidente entre Vietti y Agius, se situó segundo, pero tenía ya a su compatriota a más de tres segundos. Aunque por momentos creyó en la remontada, porque era más rápido en pista que el líder, optó por conformarse con esa segunda plaza, dado el riesgo de caída por unas condiciones de calor extremas. «La mentalidad esta temporada es conseguir ser frío en esas situaciones y saber hacer un segundo cuando no se puede ganar», comentaba Canet ya en el podio.

Doblete español en moto2, donde el gaditano Marcos Ramírez terminó quinto y el debutante Dani Holgado en octava posición. Sufrió mucho el vigente campeón de Moto3, David Alonso, que concluyó 21.º en su estreno en la categoría intermedia.

Moto3

El motociclismo español no para de producir talento y, como muestra, el triplete logrado en moto3. Estaba por ver quién heredaría ese vacío de poder en la categoría pequeña después de que los dominadores del 2024 (David Alonso, Dani Holgado e Iván Ortolá) hubieran subido a moto2 y, por lo visto en el circuito de Buriram, el candidato número uno a dominar es José Antonio Rueda. Fue una jornada marcada por unas condiciones durísimas de temperatura, con 36 grados en el ambiente y 57 en pista, que provocaron una carrera de eliminación en la que hasta diez pilotos se fueron al suelo. El que mejor se desenvolvió en el infierno tailandés fue el piloto sevillano, que partía en tercera posición de la parrilla, pero que desde la salida se colocó en cabeza e impuso un ritmo con el que se sentía cómodo y que destrozó el grupo. Rueda se encargó de hacer una primera selección y apenas cedió el liderato en momentos muy puntuales, porque cada vez que le pasaban devolvía el adelantamiento al instante. Tenía un punto más que el resto y se confirmó en la segunda mitad de la carrera, cuando subió el nivel, abrió hueco con el grupo y fueron cayendo por detrás. El último que se quedó a su estela fue el impulsivo David Muñoz, sevillano como él, que terminó por irse al suelo a siete vueltas del final. Antes de caer, había sacado de la pista al italiano Luca Lunetta y debería haber cumplido una sanción de vuelta larga que arrastrará en la próxima cita en Argentina. En su tercer año en la categoría, Rueda lograba la segunda victoria de su vida tras su estreno en Aragón 2024 y pudo celebrarla, ya que cruzó línea de meta con un margen de casi ocho segundos. Y mientras por delante el sevillano gozaba de un final plácido, la lucha por el podio se decidía en la última curva, con el adelantamiento del descarado rookie Álvaro Carpe sobre Adrián Fernández, para sellar el pleno español. El murciano se estrenaba en el podio en un circuito que no conocía y calcaba el resultado que en su día consiguió su paisano e ídolo, Pedro Acosta, en su primera carrera mundialista. «Un sueño poder igualarle, aunque ahora para hacer lo que hizo él, tengo que ganar la segunda», comentaba el bueno de Carpe, que se ponía el listón muy alto tras firmar un espectacular debut en el podio.