
El Manresa-Leyma se convirtió en un intercambio de golpes desde el minuto 1, un toma y daca con ambos equipos buscando su plan de partido. Sin embargo, ya en el final de ese primer cuarto, el Manresa generó más posesiones desde la defensa, con un gran número de contactos y elevando mucho el nivel físico, lo que provocó en el Leyma demasiadas pérdidas (forzadas y no forzadas). Esto hizo sentir muy incómodo al equipo naranja, castigando mucho cada error.
El Manresa ejecutaba muchas acciones en menos de seis segundos de posesión. Además, era muy agresivo con los tiros después de un solo pase, a lo que añadía muchísima actividad en el rebote, tanto defensivo como ofensivo, a consecuencia de lo que disfrutaba de más posesiones.
En el caso del Leyma, su plan de partido era jugar desde el balón al poste, pero se condicionaba por el mal porcentaje de tiros libres. El Manresa supo leer esto y enviaba al Básquet Coruña sin piedad a la línea, lo que acabo siendo un calvario. Y eso que era a lo que se podía agarrar el equipo para mantenerse en juego y poder disputar el encuentro.
El recurso de ponerse en defensa zonal para parar la ofensiva de los catalanes no dio frutos, aunque se reducía la diferencia. A pesar de ello, tras el descanso, el Manresa siguió su plan de partido, impidiendo que el Leyma entrase en juego y fuese incapaz en momento alguno de igualar la energía de su rival.
Treinta minutos encajando muchos puntos provocaron que en el último cuarto el Manresa contemporizase, jugase con el marcador y bajase el pistón. Los coruñeses aprovecharon esos últimos para maquillar el resultado.
Queda una jornada menos, por lo que adquiere más trascendencia el partido del próximo domingo contra el Breo, en el que ya esta todas las localidades vendidas para apoyar al equipo y seguir creyendo.