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La pegada de Mbappé insufla oxígeno al Real Madrid (1-2)

Óscar Bellot COLPISA

DEPORTES

Pablo Morano | REUTERS

Un doblete del francés propicia la remontada ante el Villarreal, otorga el liderato provisional al equipo de Ancelotti y traslada la presión al Barça y al Atlético

15 mar 2025 . Actualizado a las 20:56 h.

Cabreado con un calendario extenuante, el Real Madrid logró una victoria de mucho mérito este sábado frente al Villarreal que le sitúa como líder provisional de la Liga y traslada la presión al Atlético y Barça a las puertas de un pleito en el Metropolitano que puede resultar determinante en la pelea por el campeonato. Un doblete de Mbappé sirvió para que el conjunto de Carlo Ancelotti remontase el tanto prematuro de Foyth y enterrase la racha de ocho años que llevaban los blancos sin asaltar el Estadio de La Cerámica en el torneo de la regularidad.

La pegada del crac de Bondy, que estrecha el cerco sobre Lewandowski en el combate por el Pichichi, fue el mejor antídoto posible contra el cansancio por parte de una escuadra que aguantó las embestidas azulejeras con otra gran actuación de Courtois y mantiene su determinación de seguir luchando por revalidar el título en medio de un frenesí de partidos que ha traspasado el límite de la paciencia en Chamartín.

Llegó el Real Madrid al Estadio de La Cerámica sin tiempo apenas para restañar las heridas que dejó la batalla librada con el Atlético en la Champions. De ahí que Ancelotti tratase de mitigar el desgaste introduciendo cuatro cambios en el once respecto al que dispuso en el Metropolitano. La nota más relevante fue la suplencia de Vinicius. Tchouaméni volvió a ejercer como central ortopédico y Valverde recuperó su puesto de mando en el centro del campo el día en el que igualó los 303 encuentros de Zárraga con el conjunto de Chamartín.  El vizcaíno necesitó trece campañas para alcanzar dicho registro. El charrúa lo ha hecho en la mitad de tiempo. Un dato que resume el infernal ritmo al que se mueve una industria que antepone el beneficio económico a la salud de sus jornaleros.

Trató mejor el calendario al Villarreal, que solo varió dos cromos respecto al equipo que sucumbió una semana atrás en Mendizorroza y aprovechó su mayor frescura para ponerse por delante pronto. Marcó Foyth a la salida de un córner mal defendido de nuevo por el Real Madrid. Logró reponerse sin embargo el cuadro de Ancelotti, que remontó enseguida con un doblete de Mbappé y se dispuso a anestesiar a un Villarreal que pretendía imponer un ritmo eléctrico al pleito para elevar el castigo físico de su oponente.

El plan de Marcelino pasaba por atraer al Real Madrid a sus dominios, robar y lanzarse en estampida al contragolpe. Respondió a dichas intenciones el bando de Ancelotti mostrando un rostro compacto y solidario, lo que no impidió que Courtois tuviese que adquirir un papel protagonista a la hora de frenar las acometidas azulejeras.

Pico y pala

Relevó Marcelino a Pépé tras el paso por la caseta para dar paso a Barry, un movimiento con el que el asturiano buscaba pulsar la debilidad aérea del Real Madrid en un acto en el que el Submarino Amarillo estaba obligado a asumir un mayor volumen ofensivo. Tuvo una buena ocasión el espigado atacante galo antes de que el Foyth volviese a acariciar el gol a raíz de otro saque de esquina que pilló dormido al Real Madrid. Se marchó desviado el remate del argentino, pero el guion había cambiado y los visitantes sufrieron minutos de agobio.

Montó el zafarrancho de combate el Villarreal sobre el área de un Real Madrid reservón que volvió a sacar a relucir el manual de resistencia. A tenor de lo visto, decidió meter aire fresco Ancelotti con la entrada de Rüdiger y de Vinicius, mientras Marcelino buscaba mayor velocidad con la inclusión de Pedraza y Yéremy Pino. Apareció también en escena Modric, cuya pausa acabó con el vértigo.

Mejoró con los cambios el Real Madrid, que ganó otra vez control y sosiego gracias a la escuadra y el cartabón que tiene en las piernas Modric para abrochar un triunfo en el que resultó vital el sacrificio colectivo, con mención especial a Camavinga, quien tras semanas pasar semanas discutido ofreció una destacadísima actuación en La Cerámica que dio mucho equilibrio a un equipo que esta vez sí supo ponerse el mono de trabajo para contrarrestar el desgaste.