Una final descafeinada en la que todo se decidió muy pronto

José Ramón González

DEPORTES

ANNA SZILAGYI | EFE

31 may 2025 . Actualizado a las 23:44 h.

Ha sido una final dominada de principio a fin por el París Saint-Germain. Lo que planteó antes del partido les salió a la perfección. Controló al rival, el tiempo, el juego, el resultado... El partido se acabó con el 2-0 porque el Inter no tuvo recursos para poder remontar un resultado tan adverso ante un rival tan fuerte y bien trabajado. El PSG tiene individualidades muy importantes y ha demostrado que es un digno campeón. El Inter es un digno finalista, pero en la final ha fallado. Fue un partido descafeinado con un dominador claro de principio a fin.

Los goles del PSG han llegado de la mano de los muchos recursos que tienen. Al Inter, por su parte, no le ha salido el partido como querían. Tal y como está trabajado, está cómodo con un empate y su recurso es defender por acumulación. Cuando el París se puso por delante, se le complicó. Con el segundo, vio el resultado muy cuesta arriba. Lo que mata al Inter es la incapacidad de remontar ante un rival tan duro.

Luis Enrique ha tenido un papel decisivo en la consecución del título. No es fácil convencer a jugadores de tanta calidad de ponerse al servicio del equipo. Es cierto que tenía mimbres para ello, pero desde la convicción en el vestuario ha conseguido que los jugadores crean en él y todo lo que tenía en mente se ha llevado a cabo a la perfección. Además, lo ha conseguido en una final tan contundente y en la que lo ha hecho parecer tan fácil. El mal papel del Inter ha sido la causa de que sea una de las finales más descafeinadas de los últimos años.