
Los blancos estrenan ciclo enfrentándose al Al Hilal en el Mundial de Clubes con muchas incógnitas por despejar
17 jun 2025 . Actualizado a las 21:41 h.«Y se formó la gozadera, Miami me lo confirmó», entonaba una de las canciones del verano de 2015. A convertir cada partido en una gozadera para sus aficionados aspira el Real Madrid en el nuevo ciclo que se abre este miércoles precisamente en la soleada ciudad de Florida a la que aludía Gente de Zona en su chisposo tema.
Será allí donde los blancos pongan en marcha por primera vez la «Xabineta» con motivo de su estreno en el Mundial de Clubes ante Al Hilal (21 horas, Telecinco y Dazn). El duelo ante el conjunto saudí, que también ha renovado recientemente su banquillo con la llegada de Simone Inzaghi, servirá para examinar el punto de cocción en el que se encuentra el embrionario proyecto con el que Xabi Alonso espera encender al madridismo.
Tras un curso lleno de sinsabores, en la casa blanca asumieron que era el momento propicio para cambiar de rumbo. Finiquitada la segunda etapa de Ancelotti, tocaba renovar el mensaje para reactivar a un vestuario que se había instalado en la zona de confort y adquirió malos vicios.
El elegido para hacerlo fue un viejo conocido que hizo sus primeros pinitos como técnico en la Ciudad Deportiva de Valdebebas, creció en el filial de la Real Sociedad y se consagró en el Bayer Leverkusen. Con el equipo de la aspirina logró dar jaque mate al todopoderoso Bayern de Múnich a lo largo de una campaña apoteósica en la que solo el Atalanta, en la final de la Europa League, consiguió arrebatarle a Xabi Alonso el apodo de Invictus que se había ganado imponiendo un paso demoledor.
Ahora, tras un último curso menos brillante en Alemania pero lo suficientemente sólido como para devolverle a la capital de España, al tolosarra le toca resucitar de la noche a la mañana a un Real Madrid que, tres semanas después de darle la bienvenida a su nuevo gladiador, ya está lanzándole a los leones.
Una reválida prematura
Desprovisto de títulos mayores en la presente campaña, el afán del Real Madrid por convertirse en el primer club que levanta el remozado Mundial de Clubes, convierte el torneo en una prematura reválida para Xabi Alonso, que asume el reto con pleno conocimiento de causa.
Hay, sin embargo, numerosas incógnitas por despejar, situación habitual cada vez que se produce un cambio de guardia en el banquillo pero que acarrea aún más incertidumbre al producirse en esta ocasión la puesta de largo del vasco en una competición que opera como parteaguas de dos campañas y que ha activado un insólito mercado de fichajes creado ex professo para la cita.
El dibujo, una incógnita
La escasez de centrales, toda vez que Rüdiger, Alaba y Militão no están aún en plenitud de facultades, permite augurar que Xabi Alonso reformulará el dibujo, abandonando ese sistema con tres centrales que guio su aplaudido periplo en el Leverkusen. La elección entre un centro del campo más físico o uno más técnico puede revelar mucho sobre las intenciones del guipuzcoano, que ha insistido a sus futbolistas en la necesidad morder en la presión. Y arriba se le presenta una excelente oportunidad para recuperar a Rodrygo, quien puede ser clave para el vasco o salir a fin de hacer caja.
Vientos de cambio en el Al Hilal
También soplan vientos de cambio en el primer rival del Real Madrid en este Mundial de Clubes. Tras ceder el cetro de la Saudi Pro League al Al Ittihad de Karim Benzema, el Al Hilal entregó las riendas a Simone Inzaghi cinco días después de que el italiano sucumbiese en la final de la Champions ante el PSG.
El ex del Inter cobrará 26 millones de euros netos por cada una de las dos temporadas que ha firmado con el gigante saudí y su primera misión será clasificar para octavos a una escuadra en la que destacan viejos conocidos del fútbol europeo como los lusos João Cancelo y Rúben Neves.