
El equipo del Cholo cumplió ante Seattle, pero para garantizar su pase en octavos debe someter por tres goles de diferencia al Botafogo, vencedor del PSG en la gran sorpresa del torneo
20 jun 2025 . Actualizado a las 16:08 h.Cumplió el Atlético con su obligación de vencer al voluntarioso Seattle Sounders, pero el posterior y sorprendente triunfo del Botafogo ante un desdibujado, relajado y romo PSG deja al equipo de Simeone contra las cuerdas en el Mundial de Clubes, muy cerca de caer a las primeras de cambio y cerrar con un fracaso una floja temporada.
Llegados a este punto, con el grupo patas arriba, los colchoneros necesitan someter a los brasileños por al menos tres goles de diferencia en la última jornada para garantizarse su pase a octavos. En el improbable caso de que el campeón de Europa tropezase ante los norteamericanos del estado de Washington, al conjunto madrileño le bastaría con sumar un punto más que el PSG.
El campeón de Europa parecía inaccesible, pero el gol de Igor Jesús y la resistencia del Botafogo, líder del grupo B con seis puntos, les bajó a la tierra en la cita de las tres de la madrugada, hora peninsular española. A los parisinos, huérfanos del lesionado Dembélé, no les sentaron nada bien las rotaciones del técnico asturiano, que prescindió de inicio de Marquinhos, Nuno Mendes, João Neves y Fabián Ruiz.
«El Botafogo es el equipo que mejor nos ha defendido en toda la temporada, tanto en Liga como en Champions. Fueron eficientes y solidarios. Jugaron muy bien. No nos esperaron en bloque bajo desde el principio, tuvieron oportunidad de hacer transiciones y marcaron un gol con una gran acción de Igor Jesús que les dio mucha moral. Les felicito», subrayó tras la gran sorpresa del torneo el entrenador del PSG.
Así las cosas, tras el 1-3 del Atlético a los estadounidenses, con el primer doblete del canterano Pablo Barrios como colchonero, y el 0-1 del Botafogo, las cuentas de cara a la última jornada del lunes están claras. Y todo ello porque en caso de triple empate a puntos, el criterio que establece la FIFA es la diferencia de goles, pero solo en los partidos entre los implicados.
De vuelta al pleito de los colchoneros, vaya por delante que Seattle Sounders no es ni una sombra del PSG, pero nada que ver la actitud del Atlético respecto al primer partido. Liderado por Pablo Barrios, omnipresente y llegador, el de Simeone fue desde el inicio un equipo con personalidad, corajudo, rápido, ambicioso, dominante y generador de numerosas ocasiones, no ese bloque timorato y lento que compareció en su estreno ante el ejército de Luis Enrique.
La temperatura, mucho más llevadera que en Los Ángeles, permitía correr más sin asfixiarse, pero sobre todo fue una cuestión de necesidad. Todo lo que no significase derrotar a este digno representante de la MLS dejaba a los colchoneros virtualmente eliminados, sin tener que esperar al otro partido. Y eso supondría un golpe económico y deportivo, sobre todo si se tiene en cuenta que en próximas ediciones de este certamen lo más lógico es que sea el Barça el que acompañe al Real Madrid.
Simeone puso de su parte para esta mejoría al realizar tres cambios, uno por línea. Giménez actuó en detrimento del sancionado Lenglet en el eje de la zaga, Koke compareció en lugar de Lino y, lo más importante, Sorloth fue el ariete y Griezmann se quedó en el banquillo. Es verdad que el noruego falló dos ocasiones clamorosas en los compases iniciales, pero con él en el campo el Atlético dispone de una referencia que fija a los centrales.
Los cambios de cromos acarrearon también una modificación de dibujo, con un 4-3-3 que no suele emplear con frecuencia el Cholo. De Paul, Koke y Barrios conformaron el trivote en la sala de máquinas, lo que permite ser más equilibrado en defensa, al menos por el medio, y posibilita una mejor salida de balón y conexión con el ataque, formado esta vez con Giuliano de extremo derecho, Sorloth de ariete y Julián partiendo desde la banda izquierda.
Sorloth y La Araña perdonan
Solo la falta de finura y de pegada de los colchoneros permitieron a la franquicia de Seattle, propiedad de un magnate de la industria cinematográfica de Hollywood, salir con vida ya tras el primer cuarto de hora. Marcó un golazo desde la frontal Pablo Barrios, el mejor sobre el campo por su versatilidad y capacidad para romper líneas, pero tanto La Araña como sobre todo Sorloth perdonaron lo imperdonable. Tras ese inicio prometedor, sufrió el Atlético algunos minutos de descontrol en los que los estadounidenses crecieron y merodearon el empate.
El duelo estaba muy loco, demasiado abierto, y eso no les interesaba a los colchoneros, que otra vez se indignaron con el árbitros de campo y los del VAR, en este caso paisanos del Cholo. Fue tras una internada de Giuliano que terminó en penalti aparentemente claro, ya que el agarrón comenzó fuera del área pero el derribo acabó dentro. Al final, todo quedó en nada tras el análisis a través de la tecnología. Los madrileños no entendían nada.
El pleito se reanudó a toda mecha. Witsel compareció en lugar de Giménez, habrá que ver si lesionado, y enseguida el belga anotó el segundo. Fue una acción de estrategia que acabó con un tremendo disparo de Llorente. Desvió el portero al travesaño y luego Le Normand le regaló a Witsel quizá su último gol con el Atlético. Todo parecía resuelto, pero un despiste y la falta de contundencia de Le Normand en el despeje permitió al eslovaco Rusnak acortar distancias.
Un serio problema porque los norteamericanos están en plena temporada y su tono físico es mucho mejor. Menos mal que enseguida Barrios, con una sutil definición con el interior, puso las cosas en su sitio antes de que Julián dibujase una volea magistral que casi pincha el balón al estrellarse en la cruceta. A partir de ahí, no se notó que el Atlético tiene mucha más profundidad y calidad de banquillo que Seattle.