Tottenham y Ajax, las dos grandes sorpresas de la competición, se miden en la antesala de la final
30 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Resulta paradójico que en el fútbol europeo, engullido por el frenético mercado en los últimos años, puedan ser campeones de la Champions League dos equipos que trabajan a contracorriente. Uno por imposición y el otro por necesidad, Ajax y Tottenham son la contracultura del gasto multimillonario, y sin embargo sus políticas han terminado con ambos conjuntos entre los cuatro mejores del continente. Esta noche (21:00 Movistar Liga de Campeones) comenzarán su carrera para colarse en la finalísima de Madrid.
En el caso de los de Ámsterdam, no tienen más remedio que aceptar ser pez chico en Europa y grande en los Países Bajos: cada temporada sus arcas rebosan, pero apenas reinvierten una mínima parte en apuntalar la plantilla con nuevos jóvenes de la Eredivisie o, como el pasado verano, repatriando a talentos que ya emigraron en su día (Blind y Tadic). En julio partirán Frenkie de Jong y Matthijs de Ligt, y el club ya se ha apresurado a promocionar a Jurgen Ekkelenkamp y fichar a Kirk Pierie, sus respectivos relevos.
La situación del Tottenham es bien distinta. Instalado desde hace años en la zona noble de la Premier League, sus ingresos no tienen nada que envidiar a los de cualquier coloso del continente. Pero prefirieron construir un nuevo estadio de 800 millones y tirar con lo que había, que no era poco. Es por eso que Mauricio Pochettino no ha recibido fichajes en ninguna de las dos últimas ventanas de traspasos; si bien el presidente Daniel Levy ha conseguido mantener a todas sus piezas importantes durante ese tiempo. En los automatismos de un grupo de futbolistas que se conoce de memoria reside el éxito del Tottenham, una rara avis del mercado.
La Federación Holandesa decidió aplazar la penúltima jornada de la Eredivisie, que debía disputarse el pasado fin de semana, hasta el miércoles 15 de mayo. Descansados los neerlandeses, Erik ten Hag solo cuenta con la duda del lateral Mazraoui.
En el Tottenham, por contra, Pochettino tiene que hacer encaje de bolillos para juntar un once de gala. A la lesión de tobillo de Harry Kane se le une en el partido de ida la sanción de Heung Min Son, lo que abre la puerta de la delantera al héroe Fernando Llorente.
El quebradero de cabeza continúa en el centro del campo, mermado sin Harry Winks, con la duda de Sissoko y con Dier y Dele Alli habiendo pasado por la enfermería en el último mes. Un agravante teniendo en cuenta que los spurs han disputado tres partidos de Premier en los diez últimos días sin poder levantar el pie del acelerador, ya que se están jugando con Arsenal, Manchester United y Chelsea las dos plazas de Champions para la próxima temporada que liberan Liverpool y Manchester City. Quizás ahí sí que les pese su política de austeridad.