El enorme talento individual de Luis Fernández le permite adaptarse a cualquier estilo. Es un delantero con una grandísima capacidad del desmarque, tanto de apoyo como de ruptura, lo que demuestra su inteligencia a la hora de jugar. Además, se trata de un 9 con gol, algo que apenas existe en el mercado.
Digo además, porque Luis no es solo un excelente rematador. Cuando lo seguíamos, mientras jugaba en el Ural, muchos informes destacaban solo su faceta goleadora, pero tuve la oportunidad de entrenarlo la temporada pasada (en el Fabril) y demostró poseer muchas más virtudes. Tanto dentro como fuera del campo.
Sabe lo que tiene que hacer para crecer y lo hace. Es cabezota, pero de un modo positivo: si quiere conseguir algo no deja de intentarlo hasta que lo logra y eso le ha permitido afianzarse en la primera plantilla y volver a ser titular. No voy a decir que no hubo ningún roce mientras trabajé con él, porque eso es imposible en un club o en cualquier otro tipo de empresa. Pero siempre se resolvió todo mediante el diálogo y con un evidente interés por su parte de formarse y crecer. Fue una grata sorpresa verlo en el once en Huelva y allí hizo un gran partido.
Hasta ahora le pesaba la ansiedad por marcar. Se le negaba el gol, pero eso tiene mucho que ver con los pocos minutos de los que disfrutaba y el momento del encuentro en el que solía entrar, frente a defensas cerradas o con el Dépor muy metido atrás. Con tiempo y confianza será un jugador fundamental para cualquier categoría.