HEMEROTECA El nadador Holbein

Carlos Fernández A CORUÑA

DEZA

02 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Uno de los nadadores de larga distancia -entonces se les llamaba «tragamillas»- más famosos de comienzos del siglo XX era Montagn Holbein. Fiel a aquello de «tanto nadar para ahogarse en la orilla», tuvo que retirarse a escasos metros de la costa inglesa, cuando estaba a punto de terminar la travesía del famoso Canal de la Mancha, al que los ingleses llaman English Channel. En línea recta, la distancia que separa las dos costas es de 31 kilómetros, pero a ello hay que unir las severas corrientes que hacen que el trayecto aumente debido a la deriva, además del frío de sus aguas. Para atenuarlo, los nadadores se embadurnaban completamente de una capa de grasa, a la manera de las focas, y que les daba un aspecto fantasmagórico. En cuanto a la alimentación, Holbein fue exquisitamente atendido durante la travesía por su propia esposa, que iba en la embarcación de acompañamiento. La base de su comida era leche y caldos concentrados, que la amante esposa iba entregando en una botella de hora en hora. Holbein había salido el miércoles a las tres de la tarde de Gris Nez y se retiró a las dos menos cuarto de la madrugada del día siguiente, a sólo unos cientos de metros de las famosas rocas blancas de Dover, viendo de este modo truncada su proeza cuando intuía la costa.