
Entrevista | Ramiro Meilán Cabaleiro Ramiro Meilán lleva una década al frente del único desguace de automóviles de A Estrada. Allí los coches terminan sus días descuartizados y los mecánicos van en busca de órganos vitales
21 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.A Estrada tiene un par de cementerios de coches y una única empresa de desguaces. Ramiro Meilán está al frente del negocio y sabe tanto de piezas como cualquier cirujano sabe de órganos. Sabe cuáles son los vitales. Sabe también cuáles son las piezas más buscadas y cuáles van a acabar sus días en bloques de chatarra prensada. Lleva una década al frente del negocio. Experiencia no le falta, y memoria tampoco. Recuerda sin dudar el coche más antiguo que recibió y también el más brillante, un Seat Ibiza que murió en un accidente con sólo tres años de carretera. «O máis antigo que nos trouxeron foi un Seat 800. Tería uns 35 anos ou así», explica. De esos ya casi no quedan, así que sus piezas son auténticas reliquias. Muchos particulares se acercan a las instalaciones, en la zona de Las Colonias, en busca de órganos para restaurar viejos automóviles. En el mercado ya no se encuentran. Y en los desguaces a duras penas. «Moitos chegan buscando pezas para coches antigos. Sobre todo para 600, 850, 1.500 e Minis, pero desas casi non quedan», explica. Sin embargo, lo grueso del negocio se hace con talleres o particulares que buscan piezas para coches más modernos. El negocio está más difícil cada día. Las normativas medioambientales se endurecen y los desguaces de antaño tienen que afrontar serias reformas para convertirse en centros de tratamiento de vehículos autorizados por la Xunta, los únicos que pueden expedir certificados de destrucción de automóviles. Sin demoras Los propietarios los necesitan desde este mes para poder dar de baja sus coches. No caben demoras. Desguaces Meilán ha iniciado los trámites para lograr la acreditación. Ya ha construido una fosa séptica y una zona para la descontaminación de los vehículos. Ahora, Ramiro Meilán está a la espera de que los inspectores le den el visto bueno y los certificados lleguen.