A Estrada acogió ayer, con un relativo éxito, el recuperado mercadillo sabatino
DEZA

Una vez superados los requisitos legales y ya con una ordenanza adecuada, la villa estradense pudo celebrar ayer, y recuperar, el mercadillo de los sábados que se había puesto en marcha hace meses. Más de una veintena de puestos, de todo tipo de productos y feriantes, se instalaron en el entorno de la plaza de abasto, mientras en el interior abrían los vendedores habituales de todos los días y se ubicaban también agricultores y vecinos del rural que querían vender sus productos del campo. El buen tiempo ayudó bastante y también la expectativa que se había levantado en el municipio ante la recuperación de la feria de los sábados. No obstante, la presencia de puestos fue menor de la esperada, ya que casi cuarenta vendedores ambulantes y feriantes anunciaron hace días que estaban interesados en acudir. Hora punta La afluencia de curiosos, amas de casa y compradores en general se fue incrementando a medida que avanzaba la mañana. De once a una de la tarde fue cuando más gente acogió la plazoleta, con las doce del mediodía como hora de más bullicio. Los organizadores se mostraron satisfechos, reconociendo también que se trataba del primer mercadillo sabatino después de un largo paréntesis, y era lógico que faltaran algunos vendedores que se esperaban y que la afluencia de público no resultase masiva. Pero no faltaron los puestos de ropa, alfombras, pan, plantas, regalos, calzado y demás. El nuevo mercadillo obligó a realizar unos cortes de tráfico en las calles del entorno e incluso a cambiar el sentido de circulación en una de ellas, durante toda la mañana.