SUCEDIÓ EN 1980
18 feb 2005 . Actualizado a las 06:00 h.?no de los episodios más dramáticos de la transición política española a la democracia fue la matanza de Atocha, en enero de 1977, en la que perdieron la vida, a manos de pistoleros de extrema derecha, cinco personas que trabajaban en un despacho laboralista de esa calle madrileña. La vinculación de esta central sindical con el PCE fue una prueba de fuego para este partido, a pocos meses de ser legalizado por el Gobierno. Cuando se esperaba una reacción basada en el «ojo por ojo y diente por diente», el PCE y CC. OO. dieron una prueba de civismo, a pesar de que tuvieron que apretar los dientes y secarse las lágrimas que el hecho produjo. Un hecho, además, que fue puesto en duda por la prensa ultraderechista de la época. No hay que olvidar que El Alcázar , en su primera edición, señalaba: «Es probable que esta matanza se deba a un ajuste de cuentas entre bandas rivales». Las «bandas rivales» eran pistoleros de ultraderecha, como José Fernández Cerra y Leocadio Jiménez Caravaca; jóvenes fuerzanovistas como Carlos García Juliá y Fernando Lerdo de Tejada, y cargos del antiguo sindicato vertical, como Francisco Albadalejo, secretario provincial por Madrid. Ahora, a mediados de febrero de 1980, comenzaba el juicio en Madrid, en medio de una gran expectación. Se oyeron cosas de lo más significativo, destacando la frase de uno de los pistoleros: «Se trataba de dar un escarmiento a los rojos».