
Entrevista | Fernando de la Peña MICÓLOGO El especialista reclama una normativa que regule la recolección
30 oct 2006 . Actualizado a las 06:00 h.La parroquia estradense de Orazo inauguró ayer la cuarta edición de sus jornadas gratuitas de micología, organizadas por la asociación Coto Manguelo. Las actividades están dirigidas por el especialista lucense Fernando de la Peña, un experto iniciado en Cataluña y empeñado en dar a conocer la desaprovechada riqueza micológica de los montes gallegos. -¿Hay muchas setas de valor culinario en el entorno estradense? -Hay más de cien especies comestibles de buena calidad. Es una zona especialmente rica por la existencia de praderías aún sin purines y la proliferación de bosques caducifolios a los que van asociados algunos tipos de setas. -¿Qué efecto producen los purines sobre las setas? -Hacen desaparecer las especies comestibles o hacen que nazcan contaminadas, por alimentarse de un sustrato tóxico. -¿Qué más hay que tener en cuenta al salir al monte? -En beneficio de la persona, hay que estar seguros al 100% de que una seta es comestible antes de cogerla y, si se sale con niños, hay que revisar en casa la cesta para que no haya disgustos. En beneficio del monte, hay que dejar las setas que no se conocen porque son importantes para que la naturaleza complete su ciclo y pueden ser interesantes para otra persona. -¿Hay mucho atentado micológico? -Hay gente que se desplaza con furgonetas y peina el monte con rastrillos sin dejar una seta. Mata el micelio e impide que el hongo reaparezca la temporada siguiente. Haría falta una legislación para erradicar estas prácticas, pero tampoco son lo habitual. -¿Cuáles son los principales enemigos de las setas? -La proliferación de jabalíes es uno de los peores. Hozan la tierra para comer las setas que les gustan y dejan la tierra como arada. El problema es que dejan los micelios al descubierto, lo que impide que los hongos reaparezcan de nuevo. El cambio climático también está afectando drásticamente. Antes en Galicia había setas comestibles de buena calidad durante once meses al año. Ahora se ha ido acortando ese período. La macrolepiota procera , por ejemplo, antes se cogía de mediados de agosto a noviembre. Ahora nacen por aluviones. Se llenan los campos 15 días y desaparecen. Los cambios de temperatura rompen los ciclos naturales. Desde hace tres años cada temporada de setas es imprevisible. Algunas especies, como la cantharellus cibarius , que antes era la reina de Galicia, desaparecen, y otras raras, como la boletus aemilii , empiezan a ser más frecuentes.