26 oct 2007 . Actualizado a las 02:00 h.
Correr riesgos innecesarios no le gusta a casi nadie. Tal vez a algunos locos del volante. Pero que los jóvenes tengan que desarrollar sus actividades formativas con el temor de que les caiga algo en la cabeza resulta una temeridad. El gimnasio del Antón Losada necesita una actuación urgente. Sin necesidad de que los padres tengan que recoger firmas para reclamarlo.