Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El día que se salvaron Os Pendellos

Rocío Perez Ramos
R. Ramos LALÍN/LA VOZ.

DEZA

En 1979 la destrucción de la rúa da Parranda llegó a las Cortes Generales. A raíz de la polémica se incoó el expediente para su declaración como monumento histórico

04 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La vida está hecha de casualidades, de cadenas de causas y efectos que van haciendo carambolas. Era el año 1979 y un parlamentario socialista, José Vázquez Fouz, presentaba una pregunta en el Congreso de los Diputados. Manuel Busto, aqualatense y estudioso de Os Pendellos, recuperaba no hace mucho en su blog Aquam Latam, una copia del Boletín Oficial de las cortes Generales donde se recogía la contestación que Vázquez Fouz recibió a sus pregunta en torno al patrimonio cultural, histórico, artístico y antropológico de Agolada.

La pregunta fue publicada en el boletín del 14 de diciembre de 1979. En la contestación se alude a la denuncia por parte de la comisión del patrimonio históricos Artístico de Pontevedra a través de un escrito fechado el 13 de agosto del 79 una denuncia ante la Dirección General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos.

Se dice que en una visita realizada al recinto ferial de Agolada se comprobó que hacía muy poco tiempo había sido derribada totalmente la calle principal, la zona más importante, dicen, del recinto citado para abrir una calle (la calle da Parranda) con lo que se destruyeron aproximadamente dos tercios de la feria.

La comisión manifestó su protesta por lo ocurrido u acordó requerir al Concello de Agolada que respete el recinto ferial y al Gobernador Civil la apertura de un expediente para aclarar si las obras están o no autorizadas, el organismo que las realizó y la autoridad que las promovió, entre otras cuestiones.

Más tarde, se recoge en el boletín, que el Gobernador Civil comunicó por escrito el 28 de septiembre de 1979 a la Dirección General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos que se acordó suspender las obras que pudiesen estarse realizando en el recinto de la feria de Agolada, por considerarlo de interés histórico-etnográfico «en aplicación de lo dispuesto en el artículo 27 de la Ley de 13 de mayo de 1933, modificada por la de 22 de diciembre de 1955». Al mismo tiempo el gobernador propone la apertura de un expediente para determinar las posibles responsabilidades y remite un amplio informe de la comisión municipal de Cultura al Concello de Agolada.

El 9 de octubre se incoo un expediente para la declaración de monumento histórico-artístico a favor «de los restos» del antiguo mercado popular.

La polémica en torno a la destrucción de una parte de Os Pendellos provocó que el Ministerio de Cultura fuera más allá y, por aquel entonces, anunciara, como se recoge en la respuesta a Vázquez Fouz, la adopción de medidas precisas para determinar la amplitud del derribo de edificaciones de interés histórico-artístico y las responsabilidades de estos.

El Gobernador por su parte dictó una circular enviada a los municipios y autoridades, y publicada en el Boletín Oficial de la Provincia, instando a los concellos a hacer minuciosos inventarios de los edificios, lugares y zonas de interés histórico, arqueológico, turístico o etnográfico. Vázquez Fouz, nació en 1944 en Lugo, fue diputado desde los albores de la democracia y continúa en activo. Recientemente actuó de mediador en los secuestros de barcos españoles en el Índico.

Pero la historia de Os Pendellos de Agolada continúa escribiéndose. En estos días la Diputación de Pontevedra, que compró gran parte del recinto, aprobaba una nueva partida para llevar a cabo una nueva fase de su rehabilitación.

Hace unos años un grupo de vecinos se unía creando la Asociación de Amigos de Os Pendellos, de l que forma parte Manuel Busto, que continúa luchando no solo por poner en valor este importante patrimonio sino también por desenterrar la historia de Os Pendellos de Agolada, la que se escribió entre sus piedras y la que se recoge en libros y documentos.