La capital dezana vivió ayer la inauguración oficial del Lalín Arena, la tercera en la lista oficiosa que arrancó el 8 de julio con el concierto de Joaquín Sabina y siguió el 15 de octubre con el gobierno local estrenando las instalaciones deportivas. Fue la más concurrida, y con graderíos llenos por el partido de balonmano España-Lituania: a la retransmisión televisiva hay que agradecer las breves intervenciones del alcalde José Crespo, del presidente de la Xunta y del titular de la Federación Española de Balonmano.
No es para menos, porque Crespo comenzó diciendo que podría hablar durante una hora de las vicisitudes que encontró la construcción del Lalín Arena; demostró que si quiere sabe resumir, y lo condensó en dos frases: «Hoxe cúmplese un soño importante. Hai dous anos tiñamos dúas obras emblemáticas paradas: o novo concello, pola quebra da tristemente desaparecida Proinsa, e o Lalín Arena. Hoxe remátase unha, e nuns meses a outra». Subrayó la apuesta de Lalín por la gestión público-privada en este proyecto, que ahora siguen otras administraciones. Mostró su gratitud hacia quienes creyeron en esta obra, y dijo no guardar rencor a quienes no lo hicieron. Destacó el nuevo espacio para la práctica del deporte y eventos, con múltiples agradecimientos.
Feijoo, por su parte, no escatimó elogios hacia el alcalde y hacia el pueblo de Lalín, al que puso como ejemplo para una Galicia igualitaria, vanguardista e integradora: «Se Galicia ten que inspirarse en xente integradora e vangardista, ten que pasar por aquí», indicando que como presidente de Galicia compartía por ello la alegría y orgullo de Crespo «nesta avenida Xosé Cuíña, recordando a historia recente e escribindo a nosa historia futura». Aludió al multiusos como una muestra del esfuerzo colectivo, fruto «da alianza entre un pobo traballador e disposto e un goberno preocupado e ambicioso», señalando que la frase del reciente premio Príncipe de Asturias Amin Maalouf de que la realidad no es inmutable, y hay que imaginar el mundo de otra manera, podría atribuirse a Crespo.
Juan de Dios Román destacó a Lalín como «una ciudad entrañable a nivel personal, y en balonmano uno de los modelos en España», recordando la práctica de este deporte desde hace más de medio siglo. Entregó a Feijoo y Crespo sendas camisetas del combinado nacional con sus nombres; Crespo ofreció al presidente de la Xunta un cesto de castañas, y a de Dios la figura de un cabazo .
En las gradas había unas 200 plazas reservadas para autoridades: junto a Feijoo, Pilar Rojo, Jesús Vázquez, Agustín Hernández, Lete, Louzán, Cores, Sotelo o Antonio Crespo. En la inauguración estuvo el gobierno local y del PSOE Aller y Lázara.