Santi Rico, in memoriam

DEZA

29 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

S i tiene que preguntar quién está detrás del nombre propio que encabeza el titular, enhorabuena por su juventud. Porque el famoso Santi Rico pasó a mejor vida a principios de los años 80: o sea, se fue cuando estábamos en la infancia quienes ya superamos la cuarentena. Santi Rico siempre fue niño, aunque con distintas caras a lo largo de las décadas en que anunció los juguetes de la mítica casa española. Yo lo recuerdo con el mismo gesto de sorpresa que el chaval que se olvidaba de los Donuts ?y luego de la cartera? pero por otro motivo: al descubrir que el Mercedes Diplomático tenía intermitentes. Era la época en que hacían furor el Ricobús y el Pegaso de Rico, o la BMW de Payá; las muñecas de Famosa se dirigían al portal, mientras la canción de otras marcas era su lema comercial: «Jesmar para jugar». En la mayoría de las cajas de aquellos juguetes venía escrita una referencia: Ibi (Alicante), que los chavales imaginábamos como un paraíso en la tierra, y ciudad suministradora de unos Reyes Magos que en aquellos años tenían en Papa Noel al hermano pobre. La globalización, junto al ascenso del finlandés a la hora de repartir regalos, borró del mapa a Ibi: la inmensa mayoría de los juguetes de ahora lucen el Made in China por doquier; el inglés es el idioma que impera en todas las decoraciones y pegatinas que los adornan; y las instrucciones fotocopiadas que los ilustran muestran que nuestros conocimientos generales de la lengua de la Gran Bretaña nada tiene que emular a los que otros tienen del castellano: como para no echar de menos a Santi Rico.